Se levantó la sesión por el Garrahan y las universidades en medio de gritos e insultos
La Cámara de Diputados fue escenario este miércoles de una tensa sesión impulsada por la oposición, centrada en el financiamiento a las universidades públicas y la declaración de emergencia del Hospital Garrahan. El debate terminó en escándalo, con cruces verbales, gritos e insultos entre legisladores de Unión por la Patria y La Libertad Avanza, lo que forzó la interrupción anticipada del tratamiento.
Pese al clima hostil, los bloques opositores lograron avanzar en su objetivo: se fijó el 8 de julio como fecha límite para que las comisiones de Presupuesto y Salud discutan y dictaminen los proyectos clave. Se trata de iniciativas que cuentan con respaldo mayoritario, pero que el oficialismo había bloqueado con el cierre de comisiones para evitar su tratamiento en el recinto.
Desde el Gobierno nacional expresaron su rechazo al avance de estos temas por considerarlos de alto impacto fiscal. Tanto el aumento del financiamiento universitario como el refuerzo presupuestario al Garrahan son resistidos por la Casa Rosada, que busca mantener a raya el gasto público. Aun así, la presión de rectores, docentes, personal sanitario y la opinión pública motivó a la oposición a reactivar el debate.
El temario fue impulsado por el bloque radical Democracia para Siempre y acompañaron otras fuerzas opositoras. Además del financiamiento educativo y sanitario, se incluyeron proyectos sobre reforma del régimen de decretos de necesidad y urgencia, promoción de PyMEs, juicio por jurados, cambios en los husos horarios y medidas sobre retenciones agropecuarias, que proponen desde su reducción progresiva hasta la eliminación total de los derechos de exportación.
La oposición recurrió a la votación de emplazamientos como estrategia para forzar el tratamiento, frente al bloqueo que viene imponiendo La Libertad Avanza en el funcionamiento de las comisiones. Esa jugada parlamentaria permitió sortear parcialmente la parálisis legislativa, aunque el debate se desbordó rápidamente con acusaciones cruzadas sobre el uso político de temas sensibles como la salud pública y la educación.
El presidente de la Cámara intentó en varias ocasiones calmar los ánimos, sin éxito. Ante el desorden generalizado, optó por levantar la sesión. La expectativa ahora está puesta en lo que suceda el 8 de julio, cuando los proyectos deberán ser discutidos formalmente en comisión. Mientras tanto, las universidades y el Garrahan siguen sin certezas sobre su presupuesto, en medio de una crisis que no da tregua.