"Hay que seguir proyectando hacia adelante y eso es lo que nos toca. En la dificultad, porque uno pierde. Y pienso en Hermes, pero también claro en Miguel, por lo rápido, por lo inaceptable, por la edad. La sensación que tenemos es que estamos más desguarnecidos. Era nuestra figura más importante y estaba activo, no aceptaba el rol de ser una persona que volcara solamente su experiencia". La frase del actual intendente rosarino, Pablo Javkin, desde la puerta de la Biblioteca Argentina este lunes, no sólo hablaba de su sentir sobre el dirigente y amigo al que iba a despedir por última vez. También dejaba una lectura entre líneas de lo difícil que será en los próximos meses la tarea para el espacio político que integra. 

Es que, para quienes militaron con Miguel Lifschitz el del lunes fue el dolor de la despedida. Pero tras dejar una rosa roja al paso del cortejo fúnebre y recordar anécdotas del político con el apellido más difícil de escribir, llegará el turno de volver a la ruta. Y ahí, notarán la falta del ingeniero que llegó a ser dos veces intendente, una vez gobernador, una vez senador departamental y hasta su último día el presidente de la Cámara de Diputados provincial. 

Era, sin dudas, el referente más fuerte que tenía el progresismo en Santa Fe y uno de los cuadros de mayor proyección a nivel nacional, con un caudal electoral que nadie de su espacio tiene hoy. Y su partida deja "un cráter enorme" para la oposición. Roberto Lavagna, por ejemplo, publicó en su cuenta de Twitter al conocer la noticia que "todavía tenía mucho para entregarle a la Argentina".

Qué le espera al Frente Progresista sin la figura de Lifschitz

En este marco, vale la pena repasar algunas de las frases que arrojaron sus compañeros al despedirlo. Además de su militancia 24x7 y una obsesión por los armados de mediano y largo plazo -tal vez valorado de su paso por la Facultad de Ingeniería- hubo varias menciones al escenario que preveían ocupar Lifschitz en las próximas elecciones. Inclusive se mencionó que ya era "nombre puesto" para los comicios de 2023.

Mónica Fein, que lo sucedió en el Palacio de los Leones, dijo: "El último domingo en el que nos comunicamos fue cuando hicimos la elección interna del Partido Socialista, que se conectó al Zoom para saludarnos. Era el décimo día de su cursado del COVID-19". Ese día, la ex intendenta había vencido en los comicios del PS, con un discurso de autonomía. Sus oponentes, Roy Cortina y Eduardo Di Pollina, pugnaban por jugar en alguno de los dos costados de la grieta. 

En esta idea del PS en el rearmado de un espacio nacional opositor por fuera del peronismo y de Juntos por el Cambio, la figura de Lifschitz era clave. "Para todo el país es una pérdida importante. Miguel tenía una referencia nacional. Y se lo había planteado así desde que fue intendente, también cuando fue gobernador", agregó Fein. 

Javkin, fue un poco más allá. Desde la puerta de la Biblioteca, también conmovido, reveló que en su último diálogo con Lifschitz, posterior al contagio de coronavirus, se había hablado del próximo escenario electoral: "No podemos hablar acá de legado solamente, como si fuera alguien que ya estuviera a un costado. Era la figura más importante que tenemos como Frente Progresista. Había ya iniciado algunos diálogos a nivel nacional, sin dudas iba a ser el candidato a gobernador, con un desafío intermedio este año. Incluso bromeábamos cuando se contagió, diciendo que estaba juntando anticuerpos para salir de campaña".

Unos minutos antes, había llegado al lugar Antonio Bonfatti. El hombre que había sido ungido por Binner en 2011 para ser el candidato frentista a la Casa Gris, cuando todos daban por segura la nominación de Lifschitz, aseguró: "Tenía por recorrer un camino muy importante". No obstante, prefirió luego centrarse en anécdotas juveniles. "A comienzos de los '80, en la última etapa la de dictadura militar, ya nos conocíamos y nos encerrábamos a estudiar mucho", señaló. 

Bonfatti también contó cómo se habían preparado para la primera gestión en Rosario, buscando ejemplos en el mundo de ciudades que habían podido transformarse con grandes obras de infraestructura, "más allá de administrar el barrido, el alumbrado y la limpieza, como tradicionalmente hicieron muchos".

Hubo otros integrantes del Frente Progresista, como los dirigentes radicales Juan Cruz Cándido y María Eugenia Schmuck, o referentes del PDP y Libres del Sur, que también se encuentran acercado a saludar al cortejo, pero eligieron el perfil bajo. De todos ellos dependerá de aquí en más el rearmado de una herramienta que en poco tiempo deberá definir no sólo una estrategia político electoral, sino los nombre con los que el elenco sale a la cancha. Con la dificultad de saber que el capitán del equipo y uno de los jugadores con más experiencia, ya no estará presente.