Preocupa el riesgo de los barrios populares ante el pronóstico de temporales
Organizaciones sociales se reunirán con los 3 niveles de gobierno para acordar obras y acciones de protección ante el advenimiento de El Niño. La lluvia intensa de fin de mayo fue una advertencia. Faltan servicios básicos y saneamiento. Cuáles son los asentamientos más vulnerables de Rosario
Organizaciones sociales de Rosario apuran una reunión con autoridades de Municipalidad, Provincia y Nación para trazar esta semana un plan de medidas de protección para barrios populares en riesgo de desastre ante la fase climática denominada El Niño, pródiga en lluvias. La reunión tendrá lugar el miércoles próximo, con el argumento reciente de las consecuencias que dejó el temporal del último fin de semana largo en mayo, cuando muchos barrios de la periferia rosarina amanecieron inundados y sus habitantes lamentaron pérdidas materiales que agravaron su pobreza.
Los sectores más golpeados por la última tormenta se cuentan en la zona más vulnerable de Empalme Graneros, el asentamiento El Cañaveral en bulevar Seguí y Provincias Unidas, del de Magaldi y Benteveo, en barrio Unidos, y Tío Rolo. Todas barriadas populares que no soportan un diluvio de 180 milímetros de agua en 48 horas como lo fue aquel.
Por esa razón la Corriente Clasista y Combativa (CCC) marchó hasta el Palacio Municipal en busca de una respuesta por parte de los funcionarios. El viernes por la tarde recibieron la confirmación de que el próximo miércoles por la tarde se llevará a cabo una reunión en la Secretaría de Desarrollo Humano de la Municipalidad a la que se convocará a otras organizaciones y participarán los funcionarios nacionales, provinciales y municipales.
Los barrios más vulnerables a lluvias torrenciales carecen, en mayoría, de servicios y su población, en general, está por debajo de la línea de la pobreza. A pesar de que se encuentran dentro del programa de Barrios Populares de Nación (RENABAP), los vecinos denuncian que el proceso de mejora avanza a un ritmo demasiado lento y que los problemas estructurales nunca encuentran una solución.
En estas zonas son las organizaciones sociales quienes trabajan y luchan diariamente para ofrecer algún alivio al problema. El pasado lunes, la Corriente
No obstante, existe un sentimiento de desconfianza debido a que la solución no parece estar al alcance inmediato, ya que se trata de obras de gran importancia, sumado al saneamiento necesario de estas zonas de la ciudad. En este contexto, desde la CCC se ha presentado un plan ambicioso para la construcción y urbanización de viviendas populares, en el cual ellos mismos se encargarían de llevar a cabo dichas tareas.
Según Eduardo Delmonte, referente de la CCC, en diálogo con Rosario Plus, la situación podría empeorar si continúan las lluvias y no se realizan trabajos de infraestructura adecuados. “En los barrios, hay una falta alarmante de servicios básicos. En esta ocasión, las viviendas se inundaron y fue necesario brindar asistencia a la población afectada. Afortunadamente, no hubo fuertes vientos, lo cual habría empeorado aún más la situación, como sucedió en Villa Gobernador Gálvez, donde un árbol cayó sobre la casa de una compañera”.
"La calidad de vida en nuestro entorno se ha vuelto cada vez más desafiante. No solo las viviendas presentan dificultades, sino que también hay áreas donde los servicios son escasos o inexistentes, las zanjas permanecen obstruidas y la basura es una presencia constante. Es por esta razón que las situaciones de emergencia hídrica ponen en evidencia las condiciones precarias en las que vivimos. Desafortunadamente, nuestra situación depende en gran medida de la naturaleza y las condiciones climáticas que se presenten", aseguró Delmonte.
Carlos Medina, referente de la Federación de Organizaciones en Lucha (FOL), concuerda con las declaraciones de Delmonte y hace hincapié en las dificultades que enfrentan los habitantes de los barrios alejados de la ciudad durante las lluvias. Uno de los casos más evidentes es el de Tío Rolo y Puente Gallego, ubicados en el sudoeste de Rosario, donde varias cuadras suelen inundarse y las viviendas precarias situadas sobre el camino a Soldini quedan en una situación vulnerable. "Además de las inundaciones, padecemos la falta de agua potable y problemas serios con la energía eléctrica. También enfrentamos la falta de cloacas y el pavimento que sale a la luz cuando llueve varios días", afirmó Medida.
En el actual contexto político, en el que se avecinan las elecciones, Medina adujo que se observa una mayor presencia del Estado en los barrios. Por ejemplo, se ha iniciado una obra en Tío Rolo para llevar agua potable, algo que no había ocurrido anteriormente, incluso en los proyectos planificados por el Concejo Barrial del Distrito Sudoeste desde 2006. No obstante, Medina señaló que este no es el único lugar donde se presentan estas situaciones, ya que hay muchos barrios donde se atraviesan problemas similares. Entre ellos, se encuentra Magaldi, ubicado en las cercanías del Mercado de Fisherton, donde el agua ha causado estragos en varias oportunidades.
Finalmente, Nelson Mansilla, miembro del Movimiento Evita y residente del barrio El Cañaveral en la zona sudoeste, presentó los resultados obtenidos en el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) y aseguró que el 98% de los barrios populares en el país no tienen acceso al servicio básico de agua potable. Según afirmó, en la ciudad de Rosario existe una deuda histórica que la sociedad debe asumir y hacerse responsable.
Mansilla manifestó la importancia de incluir estos temas en la agenda política, no solo como una tarea para los gobiernos de turno, sino como una política de Estado. Enfatizó en la necesidad de evitar que los barrios continúen inundándose en el año 2023, especialmente ahora que estamos experimentando el fenómeno del niño, lo que puede desencadenar situaciones aún más graves. Según él, “no es necesario ser adivino ni meteorólogo para entender la magnitud del problema y anticiparse a las consecuencias que podrían presentarse en el futuro”.
En relación a la tormenta del jueves y viernes de la semana pasada, se informó que el barrio El Cañaveral, en donde existen 540 viviendas precarias y donde Mansilla desempeña su labor social, fue gravemente afectado. Cabe destacar que este sector carece de acceso a servicios públicos básicos y además cumple la función de zona de drenaje para otras barriadas cercanas como La Lagunita y Barrio Toba, ya que se encuentra en un terreno bajo donde desembocan las aguas. “Lamentablemente, más del 95% de estas viviendas se inundaron como consecuencia de la tormenta”indicó el referenmte social.