La reaparición política de Cristina Fernández de Kirchner no podía ser más auspiciosa para ella. Recreó la mística peronista con un acto de más de 300 mil personas, sepultó la idea de que una persecución judicial en su contra será una tarea sencilla y confirmó que el anhelo de Mauricio Macri de gobernar para los 40 millones de argentinos será por siempre, un deseo incumplido. Además, se ubicó como el único ex presidente desde la recuperación de la democracia, en conservar tan amplia adhesión una vez terminado su mandado. También dejó varios mensajes puntuales y generales.

El primero de ellos es la unidad. La unidad de todos los argentinos. Remarcó una y otra vez que “no hay que enojarse” con el que votó diferente. Aún ese vecino, ese trabajador o ese jubilado “tienen que ir al supermercado y pagar las tarifas de luz, gas y transporte”, dijo en uno de los pasajes estratégicamente más certeros de su discurso en Comodoro Py. CFK también sabe que en ese miércoles lluvioso y glorioso para ella desde el punto de vista político, estaba “pescando en la pecera”. Es decir, estaba hablando para los convencidos, para aquellos que no tienen ninguna esperanza en la gestión de Macri y que anhelan con volver.

El otro mensaje fue para los líderes sindicales, muchos de los cuales jugaron fuerte para el triunfo de Cambiemos, más por enojo con su lejanía del poder kirchnerista que por convicción política, obvio. Es cierto que se trata de dirigentes egoístas y muchas veces difíciles, pero también es real que el gobierno anterior no los cuidó demasiado y encima les declaró una guerra abierta y frontal. A ellos la ex presidenta les recordó: “A mí me hacían paros por Ganancias y ahora están pidiendo una ley que pare los despidos”. Un disparo aplaudido por la militancia, pero lejos del corazón del peronismo en general.

El otro mensaje fue para los dirigentes del PJ que en gran número estuvieron ausentes de la misa cristinista. “Si ustedes ven que sus dirigentes no les responden en la medida que ustedes quieren, tomen las banderas y vayan para adelante”, les dijo. Y llegó una reminiscencia a la transversalidad cuando instó a formar “un frente ciudadano” para resistir las políticas neoliberales. Y el mensaje más duro, por lo concreto de su enunciación, fue para la administración macrista: “Este es un gobierno que no cuida a los argentinos”, dijo la ex mandataria.

Por si había alguna duda de que la ex presidenta no se jubiló de la vida política, inauguró la fundación Patria y se reunió con organismos de Derechos Humanos y con los diputados nacionales de su sector.

En síntesis, el peronismo que se apuró a pasar a retiro al kirchnerismo y a su jefa, se equivocó o al menos se adelantó. Pero ella misma sabe que no alcanzará sólo con la fuerza de las agrupaciones más convencidas que la sustentan.