El gobernador Omar Perotti activó una negociación en persona con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, para insistir en que Rosario no sea incluida como zona de alarma epidemiológica lo que implica mayores restricciones y que las clases no sea presenciales.

El mal manejo de la situación por parte de la administración provincial fue de doble filo el pasado fin de semana. Por un lado, adhirió a regañadientes al decreto de necesidad y urgencia que el presidente Alberto Fernández y tomó la siempre difícil decisión de suspender la presencialidad en las escuelas de los departamentos Rosario y San Lorenzo. Se le sumó la desprolijidad de comunicarlo recién el domingo a las 22 afectando la organización familiar.

Luego de las críticas que recibió, el mismo lunes comenzó a trabajar para que esta situación no supere la semana que estableció el decreto provincial, y logró el apoyo de los intendentes, principalmente, el de Rosario, Pablo Javkin, quien manifestó públicamente su disgusto con la situación.

Este miércoles, aprovechando la firma de un convenio de educación financiera con el Banco Central, logró estar mano a mano con Cafiero, De pedro para una reunión, a la que se sumó el propio Presidente. Vuelve a contactar personalmente a Fernández con un pedido personal tal como hizo la semana pasada con la modificación de horarios y de la televisación del Central vs. Newell's. 

En esta oportunidad, Perotti acercó unas carpetas con datos epidemiológicos, como indicadores y variables, que fundamentaban por qué Rosario debía ser excluida de la categoría más riesgosa para poder volver a la presencialidad. Vale aclarar que este martes, la provincia de Santa Fe registró 2.286 nuevos casos de coronavirus de los cuales 834 corresponden a Rosario.

Según lo que acordó con el resto de los intendentes del departamento Rosario y San Lorenzo, Santa Fe debería ser tomada como una sola región para homogeneizar la calificación. El sistema de salud rosarino recibe a pacientes de distintas zonas y eso complica claramente la capacidad de camas críticas.

Se espera una decisión formal antes de que llegue el fin de semana así el gobernador puede reparar con prolijidad y tiempo el eventual decreto con la flexibilización de las medidas, por ejemplo en lo que corresponde a horarios y clases presenciales.