Otra semana sin buenas noticias
Miguel Lifschitz salió esta semana de las reuniones con los ministros de Mauricio Macri con la cara como si hubiese visto al diablo. Si decía lo que sentía en esos momentos, directamente tenía que quemar todos los puentes con el gobierno nacional. Eligió un tono circunspecto y dijo: “Algo se obtuvo, no lo que esperábamos”. No había manera de encontrar partes positivas en el raquítico sumario de “beneficios” para Santa Fe.
La Nación se comprometió a frenar el tarifazo del gas para los residentes en el 400 por ciento y en el 500 por ciento para las empresas. En materia de electricidad, menos todavía: Sólo un 20 por ciento de rebaja para las empresas electrointensivas.
Un capítulo aparte fueron los clubes. Habrá 200 millones de pesos para las entidades de todo el país que tengan menos de dos mil socios. Si sólo en Rosario hay unos 450 clubes de barrio y suman más de 2000 en toda la provincia; sólo hace falta imaginar cuántos son en todo el país para comprobar que la ayuda del Estado frente al incremento demencial de la electricidad, será minúsculo.
En la provincia el oficialismo tiró la pelota para adelante y está dispuesto a insistir en que el esfuerzo principal lo haga el gobierno nacional. Por eso en la Legislatura se adhirió a esta ley nacional para beneficiar a los clubes. Los otros proyectos –los de la oposición- le pedían al gobernador que retrotraiga la tarifa para los clubes de barrio a noviembre del 2015. Pero Lifschitz se equivoca si cree que ya pudo sacarse el problema de encima. Las entidades se están organizando y el reclamo lo descargarán sobre la administración provincial y su empresa de energía eléctrica.
Con todo, en esta semana siguieron sumándose noticias alarmantes en el mundo laboral. A las suspensiones en Electrolux y Acindar en Rosario, se sumaron las de la empresa Bambi y también se encendieron las luces de alarma en una fábrica de tractores.
El secretario general de la Uocra Rosario, Sixto Irrazábal, fue más que gráfico en estos días cuando resumió que en la principal obra privada que hoy tiene la ciudad, el emprendimiento Metra en Puerto Norte, estimaban podría sumar 800 albañiles para este época y “sólo hay 32 trabajando en estos momentos”, informó el sindicalista como para marcar la crisis del sector. También en estos días, se vio una foto poco feliz de la obra pública. El esqueleto de cemento vacío y detenido del hospital regional zona sur, habla a las claras de que la provincia empezó a frenar sus obras aún antes del parate generalizado que imponen las políticas públicas del gobierno nacional.