POR RAMIRO COZZI

El proyecto de Ley Ómnibus de Milei se parece al colectivo de la película Máxima Velocidad, te aplasta o se estrella. En el artículo 8° establece la privatización de todas las empresas públicas. El problema no solo es que el gobierno no pueda explicar la privatización de empresas que generan rentabilidad al Estado, sino que las que no generan rentabilidad, el mercado tampoco podría reemplazar los servicios que éstas brindan. Habría que analizar caso por caso.

Dentro de las empresas mas rentables de la economía argentina encontramos dos que se destacan, YPF y Banco Nación. Solo en 2023 YPF generó alrededor de 1000 millones de dólares por trimestre en los primeros tres meses. Desde 2020 hasta acá tuvo el mayor crecimiento en 25 años, aumentó su producción de hidrocarburos un 11,5%. 

Por su parte, Banco Nación llegó a su cuarto año de crecimiento generando una ganancia de 667 mil millones a octubre de 2023, triplicando su patrimonio neto en términos reales desde 2019. La venta de estas dos empresas tendría doble impacto, no solo por la ganancia que el estado dejaría de percibir, sino también por su rol estratégico dentro de la economía argentina. No olvidemos que la explotación de Vaca Muerta fue iniciativa del estado nacional.

La pérdida de YPF desperdiciaría años de inversiones y trabajo argentino, regalando no solo los recursos de Vaca Muerta y los que se puedan extraer de Palermo Aike sino toda la inversión que los argentinos vienen haciendo hace años. Por su parte, el Banco Nación cumplió un rol clave en sostener economías que se han visto debilitadas durante los años de sequía y pandemia. Gracias a la banca pública se sostuvo la actividad mediante créditos que permitieron a productores, pymes y comercios poder continuar con su trabajo en momentos difíciles de la economía argentina. Ningún banco privado va reducir sus ganancias para sostener la actividad económica del país.

Otras empresas que si bien no han sido tan rentables como las que nombramos anteriormente pero que cumplen un rol clave en la estructura económica son: 

ARSAT, que reduce la brecha digital y es responsable de 36 mil kms de fibra óptica exportando servicios a Chile, EE. UU. y México. 

Aerolíneas Argentinas, con un superávit de 32 millones de dólares, conectando rutas federales que ninguna aerolínea privada quiere hacer por considerarlas deficitarias pero que para la comunicación interna de nuestro país resultan indispensables para todos los argentinos. 

Intercargo S.A.U., que en 2023 dejó un resultado positivo por $1500 millones y ofrece servicios esenciales de rampa a todas las aerolíneas que operan en Argentina, haciendo que los aeropuertos de bajo volumen puedan prestar un servicio de calidad, situación que no sucedería si se hiciese cargo un privado. 

Empresa Argentina de Navegación Aérea que controla el espacio aéreo argentino, es clave para la soberanía nacional, no existe empresa que pueda llevar adelante esta tarea.

Nucleoléctrica opera Atucha I, Atucha II y Embalse, sector estratégico el del desarrollo nuclear en Argentina y en el mundo.

Dioxitek produce dióxido de uranio que es vital para combustible nuclear, lo producen solo 12 países. 

La lista continúa con algunas ya muy conocidas como Fabricaciones Militares, Correo Oficial de la República Argentina, Corredores Viales S.A., Tandanor, Innovaciones Tecnológicas Agropecuarias, Administración general de puertos S.E., Fábrica de Aviones “Brig. San Martín” S.A. Niguna de estas empresas va a funcionar en manos privadas sencillamente porque no reportan ganancias. 

Un caso aparte son las empresas que brindan servicios como ENARSA, responsable del gasoducto Néstor Kirchner que nos ahorró a los argentinos 1400 millones en el segundo semestre de 2023; o AySA, que brinda servicio de agua potable para 11.7 millones y desagües para 11 millones. Los medios públicos de comunicación, que nos permiten llegar a cada rincón del país democratizando la información como EDUC.AR, Radio Universidad Nacional del Litoral, Radio y Televisión Argentina, Radio y Televisión de la Universidad de Córdoba y TELAM, que en total representan tan solo un 0,017% del PBI pero que resultan muy importantes para regiones del país donde las empresas de comunicaciones no llegan.

Todas estas empresas son herramientas del estado nacional para brindar servicios y mejorar la calidad de vida de las y los argentinos. La única ganancia que se puede deducir de la venta de estas empresas representa muy poco rédito en términos económicos y una pérdida enorme en términos estratégicos para el estado nacional. 

Por eso hoy asistimos a un debate de concepciones muy distintas respecto al futuro de los argentinos. El liberalismo no quiere desprenderse de estas empresas porque no sean rentables, quiere hacerlo porque pretende allanar el camino para que el mercado llene los huecos que el Estado deja y así poder hacer su voluntad sin tener que pedir permiso y sin necesidad de competir con sectores que brindan servicio o asistencia allí donde a las empresas no les interesa hacerlo.