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El presidente Mauricio Macri volvió este martes a Santa Fe para estar presente en la inauguración de la planta de acero Gerdau en la ciudad de Pérez, y de obras hídricas en Tortugas, para reducir el impacto de las inundaciones en el centro oeste de la provincia. 

El primer turno fue en esta localidad cercana al límite con Córdoba, donde pudo observar las máquinas en el comienzo de los trabajos en el dragado del canal San Antonio. Allí, Macri estuvo acompañado por los gobernadores de Santa Fe, Miguel Lifschitz y de Córdoba, Juan Schiaretti.

El presidente afirmó que “años de improvisación y de no mitigar los problemas del cambio climático, transformaron el agua y las lluvias en una pesadilla para muchas localidades” y anunció que “después de 40 años”, comienzan las obras en el canal San Antonio.

“Estamos trayendo una solución que se espera desde hace muchos años. Hace años que se quiere recuperar la tranquilidad para que cada vez que llueva sea una bendición y no un problema que genere angustia. Si trabajamos juntos podemos transformar el agua en una posibilidad”, dijo, y aclaró que  la obra ayudará a resolver el problema para 25 mil personas de la zona y medio millón de hectáreas que pasarán a estar seguras.

Luego, el presidente se trasladó hasta Pérez, donde se inauguró una nueva acería de la compañía brasileña Gerdau, que producirá aceros largos y especiales, abocada principalmente para el mercado interno aunque no descartan exportar en el futuro.

La empresa multinacional es en la actualidad el principal empleador privado de Pérez, porque explota la planta de laminación de la ex Sipar, a 6 kilómetros de la nueva fábrica. La obra comenzó en 2014 y demandó un total de 232 millones de dólares. Empleó a 1000 trabajadores durante la construcción de la planta, y ahora dará empleo a 800 personas, entre puestos directos e indirectos, según promocionaron desde la empresa.

"Va a aumentar la capacidad productiva de acero largo en el país en un 35%", afirmó Javier Fernández Locardo, director de la firma en Argentina y Uruguay, luego estimó una producción anual de 650 mil toneladas. "Queremos acompañar el crecimiento argentino en este círculo económico virtuoso", agregó Locardo.

El principal objetivo de la nueva planta fue sustituir importaciones, algo que se muestra como una dura competencia para la firma. Al respecto, el ejecutivo consideró: "China es una amenaza. Pero no hay presencia aún de acero chino en el país. Aunque el riesgo siempre está".