Casi una visita de médico fue la del presidente Mauricio Macri, esta mañana, a la nueva planta fabril de la acería Gerdau, en Pérez. Y en el breve instante que le dedicó a la inauguración, le quitó al peronismo el patrimonio de los días soleados. 

"Un día cambiamos, ellos pensaron que los días de sol iban a ser siempre peronistas, pero la historia avanza. Hoy es un día Cambiemos", sorprendió Macri ante un solemne y reducido auditorio de directivos de la siderúrgica internacional de origen brasileño.

El presidente llegó en helicóptero junto con el gobernador Miguel Lifschitz desde Tortugas, donde ambos visitaron el comienzo de una canalización hídrica contra inundaciones. Sólo conversó un poco con el CEO de la compañía, Andrés Gerdau, y se subió a la tarima sobre el playón de la fábrica que emplearía a 800 personas.

Pero primero habló Lifschitz, lejos del tono desafiante que exhibió la semana pasada cuando se reunió con los gobernadores peronistas. Esta vez, el socialista tendió la alfombra roja al visitante. "Ya es un hecho frecuente y habitual tener al presidente en la provincia -dijo el gobernador-. Celebramos que podamos trabajar de esta manera. Celebramos que Pérez, polo ferroviario que perdió con el desmantelamiento de los trenes, hoy esté recuperando su fortaleza", elogió.

El jefe de la Casa Gris dio por hecho que el plan de Gerdau es abastecer al mercado interno con acero fabricado allí. "Una fábrica de acero es muy importante para un país, sustituyendo importaciones y dando empleo. El Estado debe acompañar el esfuerzo del sector privado, eliminar obstáculos para aumentar la competitividad. Acompañamos esa visión del presidente. Ojalá que sigan las inversiones y el trabajo genuino para los argentino", festejó.

Nadie aludió a la contracara del panorama laboral en la región, que por estos días tiene su rostro sombrío en los 65 trabajadores suspendidos de la multinacional Unilever, en Villa Gobernador Gálvez, y la incertidumbre general de los 270 que trabajan allí. 

Luego de descubrir la placa inaugural, Macri tomó el micrófono: "Un día cambiamos, ellos pensaron que los días de sol iban a ser siempre peronistas, pero la historia avanza. Es un día Cambiemos", introdujo y provocó sonrisas suspicaces entre los presentes.

El titular del Ejecutivo valoró que con la apertura de esta acería "hay 800 familias que han empezado a sentirse protagonistas y orgullosas del país". Vislumbró la "necesidad de crear trabajo en el mundo privado" como "el desafío que tenemos". Y agradeció a "la familia Gerdau, que también cree que esto es posible". Tras ello, aventuró: "No tenemos límites. Los argentinos poniendo el corazón y el trabajo somos imparables
Argentina maduró y creció. Van a venir más inauguraciones de esta firma".

Aplausos, apretones de manos, más sonrisas, media vuelta, y al helicóptero de regreso.

(Informe: Andrés Actis)