El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió una mala noticia este martes: el juez Sergio Moro aceptó la denuncia de la fiscalía por corrupción y lavado de dinero contra el histórico líder del PT, por supuestos delitos vinculados a la red de corrupción que se había instalado en Petrobras. Lula, por su parte, rechazó la decisión de la Justicia y la calificó de "farsa" y "gran mentira".

La decisión, para el sistema brasileño, equivale a un procesamiento, pero el propio Moro dijo que tomará el tema con el "celo" necesario por tratarse de un ex presidente que lo ha recusado, ya que lo considera "juez y parte" y enemigo del Partido de los Trabajadores.

La denuncia dice que Lula recibió en forma indebida cerca de 1, 2 millones de dólares por parte de la empresa constructora OAS, procesada en el caso Petrobras. Para el ex presidente brasileño, se trata de una "farsa" y "gran mentira" la causa en su contra por corrupción aceptada por Moro, de acuerdo a declaraciones a la prensa realizadas en la tarde del martes.

La fiscalía le atribuyó a Lula un departamento en el balneario de Guarujá propiedad de OAS, que él niega, y un contrato con esa empresa para guardar los regalos presidenciales recibidos por el sindicalista durante su paso por el Palacio del Planalto, entre 2003 y 2010.

"El juicio de admisión de la denuncia no significa un juicio de conclusiones sobre la presencia de responsabilidad criminal. El proceso es una oportunidad para presentar pruebas y el derecho de defensa", dijo el juez Moro.

Este es la segunda denuncia aceptada por la justicia contra Lula, ya que hay otra en trámite en Brasilia, donde un magistrado lo investiga por obstruir a la justicia en base a la declaración del condenado senador Delcidio Amaral.