El gobernador Miguel Lifschitz encabezó un acto en el estadio Luz y Fuerza para realizar un balance de sus seis meses de gestión. El trasfondo político fue la relación cada vez más crispada entre los radicales macristas y los aliados del socialismo santafesino que integran el Frente Progresista, tema que no pasó para nada desapercibido.

Más de 10 oradores tuvieron el micrófono a disposición y, con sus diferentes matices, hablaron de la relación dura que atraviesa el frente partidario. Pero fue Lifschitz quien puso blanco sobre negro, reconoció las diferencias pero buscó mantener la unidad.

"No me pongan en la lista de los sepultureros, de los que quieren enterrar al Frente Progresista, allí no me van a encontrar nunca", afirmó. Poco antes pidió "no hacerle el juego a los quieren pescar en la pecera del Frente Progresista", frase que va en relación a la crítica que hizo el fin de semana a los operadores de Mauricio Macri en la provincia.

De esta forma admitió la pelea en la UCR entre macristas y los pro socialistas. Todo se originó semanas atrás cuando el presidente de la UCR, Julián Galdeano y el intendente de Santa Fe, José Corral, anunciaran que en 2017 habrá una lista con candidatos radicales y del PRO. Incluso se propuso a Corral como candidato a gobernador.

Pero anoche Galdeano trató de bajar las tensiones y dijo que no deseaba que la gobernación de Lifschitz "fuera la última del Frente Progresista”. Lifschitz apostó al diálogo como la salida a esta relación tensa: "Cuanto más conversados estén los temas, mejor. Cuando haya más acuerdo entre nosotros, mejor".