El 1° de Mayo es uno de los feriados más merecidos de nuestro calendario, ganado a costa de sangre, sudor y lucha: el Día Internacional de los trabajadores. Rosario es una de las cuatro ciudades de Argentina, junto con Buenos Aires, Bahía Blanca y Chivilicoy, y  a otras 40 en el mundo, donde se conmemoró el primer 1º de Mayo, que fue en 1890 y, hasta la actualidad, nunca se dejó de conmemorar.

Esta reivindicación es de mediados del Siglo XIX con origen en Europa y los Estados Unidos donde los trabajadores eran sometidos a jornadas que superaban las 14 horas, en pésimas condiciones, que además trabajaban niños y mujeres. La fecha fue establecida en 1889 por el Congreso Obrero de París, al que asistieron 400 delegados de 20 países, entre ellos el maestro socialista argentino Alejandro Peyre.

Recuerda a los Mártires de Chicago, quienes el 1° de mayo de 1886 organizaron una movilización reivindicando la jornada de ocho horas. Tres días más tarde, luego que una bomba matara a un policía, el Gobierno reprimió brutalmente y un gran número de obreros fueron asesinados. Por el hecho, cinco militantes anarquistas fueron condenados a la orca y tres a cadena perpetua.  

El historiador Leonidas “Noni” Ceruti es la persona más indicada para hablar sobre este tema y más precisamente sobre su historia en la ciudad de Rosario. En su libro Historia del 1° de Mayo en Rosario: 1890-2000, editado por la Federación Aceitera, aborda extensamente las características de este día a través de los distintos momentos de la lucha de clases en el país. En una extensa charla con Rosarioplus, analiza cada uno de estos momentos en la ciudad, haciendo hincapié en la concepción del movimiento obrero, la llegada del peronismo y la última dictadura militar.

Leonidas Cerruti, recopilando historias de trabajadores en una ciudad proletaria

Todo comenzó en 1889 el Club de los Socialistas Alemanes en Buenos Aires con el escrito de un manifiesto que tenía varias proclamas al gobierno de turno, y donde se sentaron las bases para el acto del 1° de mayo de 1890. A esa reunión asistieron Rómulo Ovidi y Virginia Bolten que formaban parte de un grupo de anarquistas y socialistas que se reunían en el café La Bastilla de Rosario, ubicado en Rioja entre Sarmiento y Mitre, donde funcionaba una asamblea.

Finalmente llegó el 1º de Mayo de 1890. Se concentraron en Plaza López, “portando carteles y banderas negras con letras rojas” y una de ellas tenía la leyenda: “1º de Mayo de 1890, Fraternidad Obrera Universal”. La columna salió desde Plaza López, en medio de una copiosa llovizna, custodiada por seis bomberos a caballo con sus flamantes rifles Remington.

Tras ello, el acto se realizó en Urquiza y Entre Ríos, donde estaba la quinta Hutteiman. Allí expresaron las demandas proletarias Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen, Rafael Torrent, Paulino Pallas, y Virginia Bolten. Posteriormente se dirigieron al café “La Bastilla”, para celebrar y enviar el siguiente telegrama: “Los obreros de Rosario reunidos en números de 1.000 festejamos el 1º de Mayo. Orden del día: Solidaridad con el Congreso Internacional Obrero. Tiempo malo. Demostración imponente. Orden, tranquilidad y animación. Comité provisorio”.

Leonidas Cerruti, recopilando historias de trabajadores en una ciudad proletaria

— ¿Cree que esos reclamos de los trabajadores en 1890 todavía no lograron ser escuchados?

—Hoy si leemos las demandas de ese manifiesto se podría volantear en cualquier acto como algo actual, porque se reclamaban las ocho horas, y hoy quien tiene trabajo en Argentina trabaja más de ocho horas. Sigue habiendo explotación de la niñez y las mujeres siguen trabajando en condiciones insalubres. Otro de los reclamos era que hubiese inspectores del Estado controlando las condiciones de trabajo y hoy no hay inspectores suficientes para cumplir con esa demanda.

— ¿Qué momentos de los 1° de Mayo en Rosario le gustaría compartir?

Es una fecha que fue conmemorada por peronistas, anarquistas, socialistas, comunistas, radicales, hasta los liberales de la UCEDE que hicieron una bailanta de los trabajadores en la Sociedad Rural, en el momento que Álvaro Alsogaray se postulaba como presidente y el dirigente local era Carlos Castellani que era candidato a diputado. Hubo lugares emblemáticos donde se conmemoró el 1º de mayo, y en casi todas las plazas del centro. Desde aquel 1890 hasta 1910, con los actos de anarquistas y socialistas, muchas veces en conjunto y otras por separado, que marchaban desde los gremios hacia los lugares donde se hacían los actos. Al principio eran por la mañana y era un día laborable, hasta el segundo gobierno de Irigoyen donde se declara feriado (por decreto el 28 de Abril de 1930).

— ¿Cuáles eran las características de esos actos?

Los obreros antes de irse de sus casas se despedían de sus familias porque muchas veces las represiones eran feroces. En las marchas, por la mañana, después del acto, se organizaba la tribuna libre donde hablaban los dirigentes gremiales, pero también lo podían hacer los concurrentes. Por la tarde noche se hacía en los cines y teatros lo que se llamaba las veladas artísticas, donde iban los obreros con sus familias. Ahí se recitaba poesía, había música, teatro, se cantaba La Internacional, Hijos del Pueblo, A las barricadas. Había discursos políticos.

— ¿Qué sucedió en los 1° de Mayo con la llegada del Peronismo?

Se hacían bailes populares, muchos de ellos, enfrente de la CGT, en Plaza San Martín o en el Parque Independencia, que era organizado por el sindicato de artistas y variedades y de músicos. La ruptura que provoca el peronismo con este día es que pasa de conmemorativo a ser festivo se. El 1º de Mayo nace como un día de lucha, pero con Perón pasa a ser un día de fiesta y agradecimiento por las conquistas logradas. Se produce en esos tiempos esa comunión entre el líder (Perón) y los trabajadores. El acto principal se hacia el Buenos Aires, donde hablaba Perón, Evita y los dirigentes gremiales de la CGT. Allí el 1º de Mayo pasó a ser parte de la liturgia peronista con el 17 de Octubre. Estos actos se trasmitían por radio para todo el país, se cantaba la marcha peronista.  

Leonidas Cerruti, recopilando historias de trabajadores en una ciudad proletaria

— ¿Fuera de los sindicatos y los partidos políticos hubo otras organizaciones que conmemoraba en 1° de Mayo?

También lo toma la Iglesia en la década del `30 y hace los mismos actos y manifestaciones que los sindicatos y los partidos políticos. Salían columnas desde las distintas parroquias y se congregaban en Plaza Sarmiento. En esos actos concurría el Jefe de policía, el arzobispo, algunos dirigentes gremiales. Allí se leían las encíclicas papales referidas al mundo del trabajo.     

En la dictadura, los trabajadores enemigos de los genocidas

Leonidas Cerruti, recopilando historias de trabajadores en una ciudad proletaria

Otra de las épocas donde el 1° de Mayo no dejó de conmemorarse; es el periodo más oscuro de nuestra historia reciente. Se trata del gobierno cívico militar, apoyado por las grandes empresas, que ejerció su poder desde el 24 de marzo de 1976 hasta la llegada de la democracia en 1983. “Se hacía en la clandestinidad. Se colgaban banderas rojas  por las calles, había volanteadas clandestinas. En algunos gremios se hacían actos clandestinos, a puertas cerradas, como es el caso de Empleados de Comercio”, recuerda el historiador, quien también sufrió la persecución del gobierno de facto.

— ¿Cómo actuó la dictadura frente a una fecha tan simbólica como el 1°de Mayo?

—Increíblemente el Gobierno de facto con el ministro de Trabajo Horacio Liendo emitía comunicados donde daba proclamas advirtiendo que el golpe no había sido contra los trabajadores en su conjunto, cuando todos sabemos que fue claramente en contra de los trabajadores. Vale la pena analizar estas declaraciones por el alto nivel de hipocresía que tenían.  Y vale decir que gran parte de los desaparecidos eran trabajadores, delegados de base de distintas fábricas. Eso está comprobado con las denuncias que hizo en su momento el juez Baltazar Garzón.