Después de que el Senado provincial rechazó el pedido de desafuero que formularon los fiscales de Delitos Complejos Luis Schiappa Pietra y David Edery, echaron a andar, revelados, los audios más calientes que el Armando Traferri no hubiera querido escuchar. Son las conversaciones telefónicas que construyen la evidencia que apunta al legislador sanlorencino y jefe del bloque peronista en el Senado en el epicentro de una trama de coimas, protección política e inmunidad judicial para Leonardo Peiti, un hombre investigado como un fuerte capitalista del juego ilegal en Santa Fe.

Luego de que en enero pasado un sicario matara de un tiro a un apostador, Enrique Encino, en el Casino City Center, los fiscales habían orientado su investigación en una situación de aprietes mafiosos vinculado con la banda Los Monos. En ese marco surgió el nombre de Leonardo Peiti como un hombre que pagaba por poder desarrollar actividades de apuestas clandestinas sin contratiempos. En ese contexto, los fiscales pincharon los teléfonos de este capitalista del juego. Así fue como un día pescaron la llamada que le hizo el ex diputado del PJ y hasta entonces asesor en Legislatura, Darío Scataglini. Lo atendió la secretaria de Peiti.

Lo que sigue son unos llamados de 2017 de Peiti al secretario parlamentario en el Senado, Ricardo Paulichenco (fallecido en diciembre del año pasado). Y el tenor de su charla connotan en apariencia que había algunos asuntos por arreglar, dinero de por medio.

En el siguiente llamado, Peiti presenta sus quejas al funcionario legislativo porque hay un fiscal en Reconquista, Aldo Gerosa, que lo molesta con su accionar como hombre de justicia. Y surge allí también, pero como un contrapeso a su favor, el nombre de un "juez Basualdo", acaso el juez Gonzalo Basualdo, rosarino pero con competencia en la Perla del Norte. 

Otra vez, Peiti llamó a Paulichenco por el mismo asunto del norte:

La escucha a continuación expone un llamado de Paulichenco a Peiti donde queda explícito el nombre de Traferri y un lobby en desarrollo para allanarle el camino al empresario del juego. El final de la charla es sugestivo y elocuente: "El viernes traeme plata", pide el secretario del Senado:

La siguiente escucha es del 8 de setiembre de 2017. Peiti en diálogo con un tal "Carlitos" le cuenta que pasó "por Rosental para comprar unos dólares", antes de una cita esa misma tarde con "el Pipi Traferri" en el bar de Dorrego y Córdoba. Los fiscales Edery y Schiappa Pietra comprobarían luego por las antenas de telefonía, que los celulares de Peiti y Traferri coincidieron en esa zona ese mismo día, a la misma hora. 

Al parecer, Peiti se reunió el 21 de setiembre otra vez con el senador sanlorencino. Se lo cuenta a su esposa, según esta conversación: 

La última escucha es un llamado de Peiti a su secretaria, luego de -según entienden los fiscales- haber "arreglado todo con la Justicia acá" y haberle enviado a ella una selfie con un fajo de dólares. Coincide la fecha con una reunión que el imputado tuvo con el fiscal destituido y co imputado Gustavo Ponce Asahad: