La de Fernando Haddad no fue la única derrota del PT. Es que la ex presidenta Dilma Rouseff, que competía en el estado de Mina Gerais por una senaduría nacional, quedó en cuarto lugar y así quedó afuera del Senado de la nación, el mismo que la destituyó en el marco de la investigación por el Lava Jato. Un golpe inesperado para la ex mandataria a la que muchos ya la hacían sentada en una banca del congreso.

Según el conteo final las plazas por Minas GeraisRuseff serán ocupadas por Rodrigo Pacheco (Demócratas) y Carlos Viana (Partido Humanista Solidario), que tienen el 20,5 y 20,2% de los votos, respectivamente. Mientras que Rouseff quedó cuarta, con poco más del 15,3% de los votos. 

Otro duro golpe pata el PT fue perder la gobernación del estado de Acre, ubicado en el oeste de Brasil -limítrofe con Perú y Bolivia. Se trata de uno de los estados con menor población del país con unos 830.000 habitantes, pero que le representaba al PT uno de sus más fuertes bastiones electorales. 

Los resultados parciales de los comicios electorales de este domingo dieron a Gladson Cameli, del Partido Progresista (PP), el triunfo en la disputa por la gobernación de Acre con el apoyo del 53,65 % de los electores, contra el 34,55 % que obtuvo el exalcalde de Río Branco, Marcus Alexandre Médici, candidato del PT.

Esta es la primera derrota de la formación socialista desde 1998 en Acre, remarcaron la prensa brasileña y agencias internacionales de noticias. Los resultados no sorprendieron a los seguidores del PT, porque desde las encuestas de intención de voto Cameli aparecía como favorito a ganar la gobernación. Sin embargo, el PT tenía su esperanza puesta en Médici quien venía de desempeñarse como alcalde de Río Branco, capital del estado de Acre.

De este modo el PT debe reagrupar fuerzas y pensar en lo inmediato, que es el balotaje del 28 de octubre, pero también en una estrategia a largo plazo si no quiere disgregarse como fuerza política.