La política santafesina se estancó. Luego de meses de poner primera en la construcción para 2023 con la idea de frentes, alianzas y candidatos, en la última semana se planchó todo. Esto no quiere decir que por lo bajo la rosca no siga; siempre está, en mayor o menor medida, pero parece ser que la realidad, cruda y crítica como nunca, hizo rescatar a la dirigencia, al menos por un tiempo.

El frente de frentes antiperonista que impulsa sobre todo el radicalismo entró en stand by. El roscazo de Elisa Carrió contra el socialismo y Pablo Javkin se sintió o, al menos, enfrió el envión con que venía la construcción. Justo en momentos en que el socialismo sugería la posibilidad de dar el paso hacia la alianza, la irrupción certera de Carrió generó el repliegue. Por estos días, los dirigentes del partido de la rosa volvieron a acusar al perottismo con las armas que mostró hasta ahora: señalar presuntas irregularidades en materia de recursos en seguridad, un área resbalosa para el gobierno. El ministro de Gestión Pública, Marcos Corach, volvió al hábito de aparecer públicamente cada varios meses a contestarle a la oposición. Una remake del 2020/21.  

También el radicalismo que conduce Maximiliano Pullaro, posible candidato a gobernador en un interna en el por ahora imaginario frente de frentes, bajó un cambio. Al igual que el socialismo, optó por el deporte provincial de criticar la gestión de Omar Perotti: lo acusó de "tibio" y "débil" por no gestionar con Nación en temas claves como el biodiesel. Del lado de enfrente, el perottismo se cuelga la medalla de haber convencido al presidente Alberto Fernández para que firme de una vez por todas el aumento del corte del biocombustible. Simples tiroteos.

En tanto, la idea de que Javkin compita a gobernador pierde fuerza, según entienden en parte del radicalismo que conduce Julián Galdeano. Así, iría por un segundo mandato en Rosario. El intendente pidió en el acto por el Día de la Bandera por más "unión y decisión" para combatir el narcotráfico, pero ni siquiera sonó a reclamo a la Nación. Perotti no exigió nada, más bien volvió a jugar con su visión nacional y soluciones a la crisis.

La única que intentó mover el amperímetro en la política santafesina, aunque anclada en sus aspiraciones presidenciales, fue Patricia Bullrich en su recorrida por la ciudad. Después de lanzar acusaciones delicadas como que en Santa Fe hay un narco Estado, le tiró un centro al intendente de Rosario. Dijo que está solo en la lucha contra el narcotráfico. ¿Línea para que avance el frente antiperonista? Puede ser. Lo cierto es que se cortó con Federico Angelini y no le dio cabida a Gabriel Chumpitaz, hoy cercano a Pullaro, y quien hasta hace poco se presentaba como un soldado de Bullrich. Incluso, la exministra de Seguridad avisó que impulsará un candidato a intendente que aún no revela, pero posiblemente esté en su círculo íntimo.

El PJ en modo light

El peronismo también le esquiva al agite interno. Ya ha tenido demasiado en 2021 y principios de este año, y ahora hay una calma general. Trascendió que el gobernador recibiría a todos los legisladores del PJ provincial para hablar de algunas leyes puntuales, con el objetivo de fondo de armonizar el camino 2023. Por ahora es todo una intención, como es habitual.  

Sí hubo acción con el encuentro “La fuerza de los territorios”, una jornada de trabajo en la capital provincial organizada por el Foro de Presidentes Comunales Justicialistas para mostrar gratitud u obediencia al gobernador. De hecho, el rafaelino cerró la jornada y recibió aplausos. No sólo hubo presencia de los jefes comunales y funcionarios del Gabinete provincial sino también de distintos actores del peronismo como diputados y diputadas como Lucila De Ponti del Evita, el rossista Leandro Busatto y el camporista, de buenas migas con el gobernador, Marcos Cleri. Marcelo Lewandowski mira de lejos y paciente, sentado sobre una importante parte de los votos del PJ. ¿Qué significó políticamente el encuentro? Nada, sólo bajar un cambio interno en semanas de barbas en remojo.