Ahora parece que sí, que todos y todas se pusieron de acuerdo, que están decididos a tragar amargo y escupir dulce, y darle ruedo al frente de frentes opositor en Santa Fe. La semana que viene podría haber una suerte de despegue oficial, pero los espacios ya filtraron que está todo acordado de palabra. 

La señal pública de despegue fue subirse a la discusión sobre la salud y los fondos covid al acusar al gobernador Omar Perotti de ser arbitrario en el reparto porque “para el peronismo hay ciudadanos de primera y de segunda”. El gobernador ya venía con un conflicto interno con el tema en la semana luego de que los presidentes comunales del PJ le reclamaran por el retraso de los fondos que le provocó un desfinanciamiento. 

La foto oficial no garantiza nada por la propia esencia del armado: dos variantes del radicalismo, el socialismo, el PRO, el espacio del intendente Pablo Javkin, el PDP, el Gen. Mucho por lijar de entrada, y mucho más trabajo si llega al poder. Gestionar una provincia mediante un frente no es una cuestión sencilla. Sobran ejemplos.

El gobierno nacional no pudo hacer pie entre el kirchnerismo y Alberto Fernández. En Santa Fe el PJ se unió para gobernar pero Perotti entendió que era para ganar la elección; al menos así lo hacen saber el resto de los espacios políticos que lo señalan por no abrir el gobierno. Entonces, ¿Cómo equilibrar entre un radicalismo que dio el batacazo con Carolina Losada, con otro que tiene territorio y una figura potente como Maximiliano Pullaro, a un intendente de Rosario, a una fuerza que puede ser gobierno nacional como el PRO y al socialismo que gobernó 12 años la provincia? 

De hecho ya hubo algunos chispazos ni bien se cerró de palabra trabajar en conjunto. El macrista Federico Angelini tomó el conflicto del puerto de Rosario para cruzar a la Nación y a la Provincia, y, de paso, al gobierno local de Javkin. Dijo que “duermen la siesta” ante una ciudad que “está en manos de nadie” e “inundada de desorden y descontrol”. Javkin le contestó. 

La dirigencia leyó la movida como una posible candidatura a la intendencia aunque él lo desmintió. Lo cierto es que se agitó el frente de frentes antes de nacer. Se trata de una demostración de que el prototipo tiene varios cables con tensión y la idea en el futuro es que no hagan cortocircuito.

En la semana, la socialista Clara García habló al respecto en el portal Letra P. Dijo que el punto final del camino que están transitando es “un acuerdo programático”. “Nos interesa tener mucha coincidencia en el para qué queremos ser gobierno”, sostuvo como una herramienta para matizar diferencias. 

“Tenemos mucha experiencia de gobierno y gestión y sabemos muy bien para qué queremos ser gobierno. A partir de ahí, avanzaríamos en un camino de acuerdos que para mí es esperanzador”, agregó. La pregunta es si eso no era lo primero que debía acordarse antes de darse la mano y confirmar que competirán juntos. ¿Y si hay diferencias insalvables de fondo entre alguien progresista y alguien de derecha? Quizás no las haya entonces.

Lo cierto es que se viene la etapa en que se acomodan los casilleros para la interna. Será una PASO muy amplia y que, su resultado interno, incidirá luego en la negociación del reparto de poder en caso de ganar las generales. Hay promesa de disputa.