El arroyo Ludueña es apenas un hilo de agua. De la mano de la crisis hídrica que dejó al Paraná en los niveles históricamente más bajos en un siglo, los afluentes del río también están secos. Las lluvias del último fin de semana no alcanzaron a revertir la situación y hay unas 200 embarcaciones sin poder salir de la guadería náutica que está cercana a la Usina Sorrento. "No estamos operativos. La gente que salió el primer día del año a navegar, se volvió con la hélice rota. Nosotros acá hasta llegamos a tener miedo con nosotros, como trabajadores. Porque dependemos de poder subir y bajar lanchas, que no lo estamos pudiendo hacer", planteó Víctor, empleado del lugar, en diálogo con la emisora CNN Radio Rosario.

"La cuota que pagan los que tienen una embarcación va desde los 6 mil pesos hasta 25 mil pesos. Y si no pueden bajar, se empiezan a borrar. Se van a otras guarderías que tienen más aguas. Acá estamos a la deriva. Nosotros estamos de este lado del puente y no tenemos ni siquiera el permiso para usar la draga, la Municipalidad no lo otorga. Y desde la provincia, habiendo una emergencia hídrica, escuchamos que dieron unos fondos para obras, pero acá nada. Ni para desmalezar, nada", agregó el empleado de la Guardería.

"Antes de la elección vino el intendente Javkin con Ciro Seisas. Me dio la mano y me dijo que me quede tranquilo. Al otro día mandaron cuatro pibitos con bolsas a sacar unas botellas y nada más. Como hacen casi siempre los políticos, vienen un día antes de que haya que votar y después se olvidan. Acá en lugar de botes, vemos pasar televisores viejos, zapatos. Nadie se ocupa de nada. Hicieron una máquina para limpiar acá el Ludueña, que se llamaba 'El Sabalito'. La usaron sólo el primer día que la inauguraban y al otro día se rompió, quedó ahí tirada. Tendríamos que tener inclusive con la bajante la posibildad de hacer, no sé, algún juego para los chicos. No sentarte acá y ver pasar caca por la poca agua que corre, hablando mal y pronto", finalizó Víctor.