El presidente Alberto Fernández afirmó este miércoles que será obligatoria la cuarentena para las personas que viajaron a los países más afectados por el avance del coronavirus.

El mandatario recordó que quienes regresen al país de las regiones con más casos de COVID-19 "tienen la obligación de recluirse en soledad en su casa", y advirtió que "si no lo cumplen, estarán incurriendo en un delito, que es poner en riesgo la salud pública" por violar la cuarentena.

Fernández anunció, en declaraciones a radio Delta, que este miércoles se conocerán nuevas medidas para frenar el avance del coronavirus en el país, y también mencionó que en los próximos días se analizará "qué vamos a hacer con los espectáculos públicos, porque la posibilidad de difundir el virus existe", al tiempo que anunció que "evaluamos si suspendemos la entrada de personas desde Italia".

Durante la reunión interministerial que se realizó el jefe de Estado pidió "cambiar el tema de la cuarentena y eso se va a resolver hoy", según reveló en sus declaraciones de este miércoles, y aseveró que quienes vuelvan a la Argentina de países afectados "tiene la obligación de recluirse en soledad en su casa".

"No es voluntario, no es una recomendación. Deberá hacerlo con las consecuencias que eso supone, y si no la cumple, estará incurriendo en un delito, que es poner en riesgo la salud pública", aseveró el Presidente.

Fernández se refirió también a las críticas hacia el ministro de Salud, Ginés González García, quien días antes del primer caso de coronavirus en Argentina había dicho que no sería inminente la llegada del virus al país.

Para el mandatario, las palabras de Gines tuvieron "la misma lógica que imperaba en los infectólogos".

"El virus aparentemente se destruye con el calor, y Argentina y América latina están todavía en verano, entonces lo que todos los infectólogos planteaban era que iba a llegar más tarde", agregó.

"Nos llamó la atención porque en todas las indicaciones que daba la Organización Mundial de la Salud decía que el virus se propaga en condiciones de frío: no era de esperar que el problema se desate en una Buenos Aires con 30 grados de calor", sostuvo.

En tanto, Fernández destacó que "desde que empezó el conflicto hubieron reuniones periódicas" entre los ministerios para conocer el avance del coronavirus en Argentina, y ayer se sumaron otros ministerios al seguimiento, además de la "comunidad científica".

En ese sentido, el jefe de Estado dijo que quiere "llevar tranquilidad a la gente porque la Argentina siguió todos los pasos que debía seguir frente al riesgo que se presenta", y además, recordó que "todos los casos detectados son importados", más precisamente "gente que viajó básicamente a Italia y volvió".

"El protocolo que seguimos es que, con cada uno de quienes viajó y se infectó, vemos con qué persona se contactó para poder ir sobre ellas y ponerlas en un sistema de control: eso lo estamos haciendo y está rindiendo sus frutos", explicó.

Fernández recordó asimismo que "las personas de más de 65 años son las que más riesgo corren" de contraer la enfermedad, pero llevó tranquilidad al señalar que "el virus es absolutamente tratable, con un índice de mortalidad bastante bajo", aunque puede tener consecuencias más graves "si se encuentra con personas de debilidad física", como lo fue "el caso mortal de Argentina".

Finalmente, dijo que es "una enfermedad que ataca a los chicos, pero la mortalidad es muy baja y se recuperan con cierta facilidad, pero también debemos cuidar que no se contagien, para que el riesgo sea prácticamente nulo".