La guerra entre Ucrania y Rusia no cesa. La central hidroeléctrica de Nueva Kajovka fue destruida por una explosión de la que se culpan mutuamente Moscú y Kiev, tiene una importancia clave para la zona, en particular para el funcionamiento correcto de la central nuclear de Zaporiyia y el abastecimiento de la península de Crimea, controlada por Rusia desde 2014.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, atribuyó a una “detonación interna” provocada por las fuerzas rusas la destrucción de la central, cuyo desbordamiento ha inundado numerosos municipios y está obligando a evacuar a miles de personas en el sur de Ucrania.

El Kremlin negó las acusaciones de Ucrania de que Rusia está detrás de la destrucción de la presa de Kajovka y aseguró que se trata de un "sabotaje deliberado" de Kiev. "Negamos rotundamente estas acusaciones. Se trata de un sabotaje deliberado, planeado y organizado por el régimen de Kiev", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.

La Comisión Europea (CE) condenó este martes la destrucción de la presa de Nueva Kajovka, en el sur de Ucrania, y aseguró que lleva la guerra a "niveles sin precedentes". Añadió que el ataque es una muestra más de que el presidente ruso, Vladimir "Putin no duda en emplear el hambre como una arma, la energía como un arma, utiliza el invierno como un arma, está jugando con el riesgo nuclear".

La planta nuclear

El agua del río Dniéper y del embalse de Kajovka es también vital para el funcionamiento de la cercana planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y bajo constante peligro por los ataques bélicos.

El agua del embalse es necesaria para que la planta en la vecina región de Zaporiyia reciba electricidad para los condensadores de turbina y los sistemas de seguridad de la central, ocupada por las tropas rusas.

El estanque de enfriamiento de la central está lleno con un nivel de agua de 16,6 metros, lo que es suficiente para las necesidades de la planta, según la agencia nuclear ucraniana, Energoatom.

Los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que se encuentran en la central nuclear de Zaporiyia aseguraron este martes que "no hay riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta".