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En plena conmoción y con las turbulencias ocasionadas por la salida del Reino Unido de la Unión Europea, España vuelve este domingo a las urnas con el objetivo de buscar una salida al bloqueo político en el que está instalado el país desde los comicios de diciembre, cuando ningún partido obtuvo mayoría suficiente para gobernar. 

Es la primera vez en la historia democrática de España que se repiten las elecciones, lo que de entrada supone adentrarse en terreno desconocido. 

Más de 36,5 millones de personas están llamadas a votar en esta nueva cita con las urnas, que tienen lugar en un contexto de hartazgo y decepción de los ciudadanos con sus dirigentes políticos y de una alta volatilidad. Por eso, más que nunca la clave estará en el voto de los indecisos, que rondan el 30% del electorado. 

Además, dos factores sacudieron el final de la campaña y añadieron aún más incertidumbre a esta votación crucial: la decisión del Reino Unido de dejar la Unión Europea, que abrió una crisis sin precedentes; y un escándalo de conspiración contra dirigentes independentistas catalanes que salpica al actual gobierno.

Los últimos sondeos, anteriores a estos dos acontecimientos de última hora, confirman que el bipartidismo fue liquidado seis meses atrás y, por lo tanto, la pluralidad política no tiene vuelta atrás.

El presidente en funciones y líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, volvería a ganar con un 30% de los votos, pero se quedaría lejos de una mayoría que le permitiera gobernar, como ya ocurrió el 20 de diciembre. 

La principal novedad respecto a la anterior cita es la coalición de izquierda Unidos Podemos, que lidera Pablo Iglesias, y que se dispone a adelantar al histórico PSOE, arrebatándole a Pedro Sánchez el segundo puesto y el eventual liderazgo de un gobierno alternativo al PP. 

En diciembre, Podemos concurrió en solitario y obtuvo 69 escaños, mientras ahora, junto con Izquierda Unida (IU) y otros aliados, suma 90. 

El "sorpasso" (adelantamiento) que pronostican las encuestas situaría a Sánchez ante una dilema de muy difícil resolución, puesto que deberá decidir si permite que siga gobernando el PP o que Unidos Podemos asuma el Ejecutivo. 

Ambas opciones se presentan como escenarios "imposibles" para Sánchez, quien en estas elecciones se juega su propia supervivencia política y el futuro del PSOE. En tanto, Ciudadanos, el partido liderado por el liberal Albert Rivera, se mantiene en cuarto lugar, pero apuesta por mejorar un poco sus resultados de diciembre para ser más decisivo en el escenario postelectoral. 

Los españoles están obligados a votar a los mismos candidatos y propuestas, sin garantías de que el resultado vaya a ser distinto ni que los partidos vayan a cambiar de posición y evitar así unas terceras elecciones. 

Sin embargo, un nuevo fracaso en el actual momento sería inasumible, puesto que España sería el único país de la UE sin gobierno y con un gran agujero fiscal en plena transición de la salida del Reino Unido del bloque. De ahí que los partidos tengan más incentivos para pactar. 

Las elecciones terminarán moviendo un poco el tablero político o lo reforzarán, con lo que los partidos sabrán que no hay mucho más margen. 

De cara a las negociaciones, Rajoy, que seis meses después de ganar sigue solo y sin aliados, buscó reforzarse a costa de los votantes de Ciudadanos, con una estrategia de polarización en la que sólo hay dos opciones: el PP o Unidos Podemos.

(Fuente: Télam)