La sesión extraordinaria del Concejo deliberante de Gálvez convocada para este miércoles a la noche terminó en un escándalo, con agresiones a concejales y destrozos en el mobiliario por parte de sindicalistas municipales, quienes se oponían a una ordenanza que limitaba el ingreso de personal.

La tranquila y pequeña localidad del departamento de San Jerónimo se vio convulsionada por un episodio violento con tintes políticos. Todo comenzó cuando los ediles se reunieron para rechazar el veto del intendente Mario Fissore, del Frente para la Victoria, a una ordenanza del cuerpo que en uno de los artículos impide tomar personal mientras dure la emergencia económica. Un grupo de personas, señaladas como militantes del sindicato municipal, ingresó al edificio para mostrar su apoyo a la postura del intendente y se produjeron entonces incidentes.

Los manifestantes primero tomaron el hall del Concejo, y "ya en ese momento fue un escándalo con huevazos, escupitajos, y bombos” hacia los presentes, según precisaron testigos. Luego, al ingresar al recinto, cortaron la luz del lugar y obligaron a todos a trasladarse a la presidencia para poder efectivamente sesionar.

“Ahí se desató la locura, porque esta gente empezó a romper mesas, puertas y la presidencia quedó destruida. Nunca vi esto”, dijo en declaraciones radiales Oscar San Martino, concejal de Cambiemos y autor de la ordenanza de la discordia.

Luego de que los ediles votaran (4 a 2) por el rechazo al veto, San Martino acusó al secretario del gremio de levantar una mesa sobre el cuerpo de la presidenta del Concejo, Alicia Vuelta, quien quedó muy golpeada y debió ser derivada en ambulancia a un centro de salud.

Según San Martino, quien se moviliza en silla de ruedas y sufrió agresiones, ya se ha congelado el ingreso municipal por la emergencia en otras oportunidades pero "en este momento había un acuerdo con la intendencia y el sindicato para que ingresen 40 trabajadores". Por lo pronto, desde el gobierno de Gálvez anticiparon que denunciarán al sindicato.