Fue un jueves movido en la Legislatura provincial. Los fiscales Matías Edery y Luis Schiapa Pietra expusieron ante los senadores las razones por las cuales deberían avanzar a paso firme con el desafuero de Armando Traferri, el representante del departamento San Lorenzo en la Cámara. Acá las claves del escrito presentado por los investigadores.

Los fiscales sostienen contar con material probatorio suficientemente sólido para conseguir el desafuero y luego la imputación del histórico legislador del PJ. Fundamentalmente se apoyan en numerosas llamadas entre el senador y Leonardo Peiti, el eslabón que permitió iniciar la investigación sobre una red de juego ilegal que involucra a varios pesos pesados. Las comunicaciones entre las partes existen, al menos, desde el 29 de abril de 2017 a las cinco de la tarde, según Edery y Schiappa Pietra. Los senadores, por ahora, se limitan a estudiar el caso al detalle y se mantienen cautos. 

Pero no es todo. La investigación sostiene que hubo varios encuentros, confirmados por cruce de antenas de celular. También existen fotos de asados compartidos en la propia casa del senador Traferri, halladas en un backup del teléfono de Peiti.

Estos datos no coinciden con lo expuesto por Traferri en su descargo ante el MPA, ni con lo dicho por el propio senador ante la prensa el pasado lunes. Allí aseguró que con Peiti “se habían visto una sola vez”, porque éste quería proponerle un sistema para apuestas en las agencias de Lotería oficial.

En 2017, fecha desde la cual se acreditan contactos con Traferri, Peiti ya tenía a su padre y a su hermano procesados por causas contra el juego ilegal. Los fiscales entonces se preguntan: “¿Alguien podía decir razonablemente que Traferri no sabía esto? ¿Es lógico darle al ‘Rey del Juego Ilegal’ el manejo del juego legal? ¿Puede un legislador blanquear de esa forma el juego ilegal sin incumplir normas administrativas, civiles y/o penales? Evidentemente, no”.

En el mismo documento, Edery y Schiappa Pietra recordaron el camino recorrido para llegar hasta el nombre de Traferri. La investigación comenzó con el crimen en el Casino City Center, de enero pasado, planificado por una parte de la banda Los Monos y ejecutado por un integrante de la misma, Maximiliano “Cachete” Díaz.

Del teléfono de Díaz salió la punta del hilo que llevó a dar con Peiti, y éste una vez detenido se ofreció a colaborar como arrepentido y destapó la olla del a cuál saltaron nombres, primero de funcionarios judiciales, y ahora políticos, entre ellos el de Traferri.

En el escrito, los fiscales también plantean: “En manifestaciones públicas, el senador Traferri ha dicho en reiteradas oportunidades que se encontraba a disposición e incluso que estaba dispuesto a entregar su celular. En este sentido, la única posibilidad que tenemos de solicitar válidamente esa información para incorporar a la investigación, es a través del desafuero”.