El gobernador Miguel Lifschitz sacó al presidente de la Empresa Provincial de la Energía, Raúl Stival, y lo asignó como representante santafesino en el Consejo Federal de Energía. Fue la forma que el Ejecutivo eligió para definir problemas internos en la conducción de la distribuidora estatal y poner en su lugar a un hombre de su estrecha confianza: Maximiliano Neri, quien hasta ahora se desempeñaba como subsecretario de Energías Renovables y antes había secundado a Luis Contigiani en el Ministerio de Producción.

La salida de Stival se da justo en coincidencia con el mar revuelto originado en torno al encarecimiento de las tarifas de servicios, y la pretensión del gobierno nacional de que la rebaja venga por una quita de impuestos provinciales.

Trascendió de manera extraoficial en la distribuidora estatal que el titular del directorio resolvió alejarse en una suma de contrariedades y diferencias con algunos miembros cercanos en la cúpula de la empresa. La relación de Stival con el vicepresidente de la EPE, Fabián Bastía -ligado al diputado radical Rodrigo Borla- no era la mejor, y como tampoco con el sindicato santafesino de Luz y Fuerza. Esos cortocircuitos en las relaciones políticas y gremiales acaban por minar una gestión en la EPE, y terminó de esta manera: con Stival resignando el cargo.

En simultáneo, el colmo de la coyuntura externa fue el pedido del Ejecutivo nacional de que las provincias supriman presión tributaria propia de la tarifa eléctrica, de manera de abaratar el monto final que se le cobra a los usuarios finales de energía.

Ya la pretensión de Mauricio Macri había despertado una polémica entre sus legisladores santafesinos -Luciano Laspina y Lucila Lehmann- con el gobierno de Miguel Lifschitz. Por cierto, la secretaria de Energía, Verónica Geese -era la autoridad política inmediata de Stival- les recordó sin diplomacia a los legisladores de Cambiemos que los impuestos que bajó la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal no existen en Santa Fe y que mejor les conviene "informarse porque es la base para no decir pavadas". Tras ello, Geese les pidió que "no vendan humo".

En medio de ese clima enrarecido, Stival ayer le presentó a Geese su renuncia al cargo. En su lugar asumirá Neri, quien hasta ahora era el subsecretario de Energías Renovables, en la órbita de la propia funcionaria esperancina.  

Con esta, ha sido el segundo alejamiento de Stival de un cargo de responsabilidad dentro de la EPE. A principios de 2013 se había alejado de la empresa al apurar su jubilación y renunciar como gerente de Relaciones Institucionales. El descontento social de aquel tórrido verano para con la calidad del servicio eléctrico y desacuerdos con la gestión del entonces ministro de Aguas y Servicios Públicos, Antonio Ciancio -hoy refugiado como asesor del socialismo en Legislatura-, influyeron en su decisión. Al asumir Lifschitz como gobernador, convocó a Stival para tomar las riendas de la empresa tras la salida de su antecesor, Daniel Cantalejo. 

Mientras tanto, en el Congreso de la Nación espera el proyecto que el Ejecutivo enviará entre hoy y mañana y que se propone suprimir tributos provinciales y municipales de las tarifas de electricidad, gas y agua potable, a pesar de que en su mayoría estos servicios son prestación de estados subnacionales o de empresas privadas. A la obediencia demostrada por Vidal en Buenos Aires le siguió en Santa Fe el intendente capitalino José Corral, que hizo lo propio con unos cargos municipales en esa tarifa.