Las noticias falsas pueden comprarse y venderse en el fabuloso mercado de la comunicación. Sucede que esta vez el precio fue muy alto. Aunque si se lo compara con el daño causado en términos de credibilidad en el sistema electoral y de valoración de las reglas de juego de la democracia estadounidense, podría pensarse que Fox News y Donald Trump no hicieron un mal negocio.

Fox versus Dominion

La empresa Dominion Voting Systems fue la fabricante y proveedora de las máquinas de votación electrónica que se utilizaron en 28 Estados en las elecciones presidenciales de 2020 en las que se impuso el demócrata Joe Biden. Dominion se convirtió en el chivo expiatorio de Trump, que acusó a la empresa -sin pruebas- de haber cometido fraude a favor de su adversario.

El acuerdo alcanzado consiste en que Fox News pagará 787,5 millones de dólares a Dominion con el objetivo de suspender el juicio en curso por daños y perjuicios. Con ese arreglo, la cadena televisiva clausura antes de tiempo una acción legal que habría supuesto pérdidas muy superiores al monto acordado.

Fox News es un canal de televisión por suscripción, cuya programación se especializa en noticias con una línea editorial conservadora. Es propiedad de Fox Corporation y se encuentra operada por la subsidiaria Fox News Media. Ofrece un contenido notoriamente sesgado a favor del Partido Republicano, a los políticos que lo integran y a intereses políticos e ideológicos netamente conservadores. Como parte de ese esquema, retrata negativamente al Partido Demócrata y a personalidades identificadas como progresistas.

El conflicto entre las dos firmas comenzó cuando el canal televisivo avaló las afirmaciones de Trump responsabilizando de su derrota en las presidenciales a la manipulación del voto electrónico.

Tras el anuncio del juez Eric Davis de que las partes habían resuelto su litigio y habían llegado a un arreglo, desde Dominion aseguraron que Fox News finalmente aceptó que había mentido.

Desde la cadena televisiva por su parte, expresaron mediante un comunicado la satisfacción por el acuerdo alcanzado, que le evita a su propietario, Rupert Murdoch, y a algunas estrellas de la cadena tales como Tucker Carlson y Sean Hannity, el escarnio de sentarse a declarar en un juicio que iba a poner a prueba la libertad de expresión contemplada en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. También le evita llegar a una instancia en la que pudiera tener que pagarle a Dominion 1600 millones de dólares. Tal era la cifra de la demanda por daños y perjuicios interpuesta por la querella en marzo de 2021.

En el comunicado, Fox reconoció “las sentencias del tribunal que declaran falsas ciertas afirmaciones sobre Dominion". En la cadena había quedado claro que el camino del arreglo era la mejor alternativa luego que el 31 de marzo el juez adoptara una decisión en la que expresó que quedaba “cristalinamente claro que ninguna afirmación sobre Dominion durante la elección de 2020 era cierta”.

Miente, miente...

Independientemente del acuerdo, el presidente de Dominion, John Poulos, hizo declaraciones que dejaron al descubierto la sensación y el sentimiento de muchas personas para las cuales no todo se arregla con dinero. “Fox ha reconocido haber dicho mentiras sobre Dominion que le han causado enormes daños a mi compañía, a nuestros empleados y a nuestros clientes. Nada podrá compensarlo”, dijo Poulos.

Pero es peor aún el daño causado por manto de sospecha con el que Fox News cubrió a la sociedad estadounidense, de manera complaciente con la estrategia de Trump de operar políticamente utilizando noticias falsas para desacreditar el sistema electoral, un instrumento fundamental de las reglas de juego sobre las cuales se asienta el sistema político democrático. En la lógica empresarial de Fox News, seguramente la empresa logró vender más. De hecho, es la cadena de noticias más vista en el país. Pero de ese modo contribuyó a polarizar aún más a una sociedad que se encuentra fragmentada y dividida, con la particularidad de ser observada por buena parte de la humanidad como un modelo de progreso en libertad digno de imitar.

Aunque el abogado de Dominion resaltó que “las mentiras tienen consecuencias”, lo cierto es que terminan por parecer ligeras dado que le permite a la cadena de televisión evitar lo que analistas y medios de los Estados Unidos calificaron como el mayor juicio por difamación del siglo, y que hubiera llevado al banquillo de los acusados al empresario de medios Rupert Murdoch a sus 92 años, quien dada su legendaria avaricia corporativa se asemeja al Señor Burns de “Los Simpson”.

Cabe preguntarse por ejemplo, cuanta audiencia y cuando dinero ganó Fox News haciéndose eco de las denuncias sin fundamento de Trump. En ese sentido, el cada vez más preocupante sesgo de confirmación en crecientes sectores de la opinión pública obliga a pensar en cuál será el futuro de la democracia.

También es preciso reflexionar acerca del impacto causado con la instalación de noticias falsas por los grandes multimedios de comunicación, que persiguen sin escrúpulos su interés corporativo descartando de plano el valor de la libertad de opinión y de información, en países con una institucionalidad infinitamente más débil que la de los Estados Unidos. En regiones como Latinoamérica por ejemplo.

Por último, es menester analizar el fenómeno del sesgo de confirmación en un mundo en el cual cada vez más gente está dispuesta a escuchar solamente a quien confirma lo que ya pensaba y a descartar cualquier prueba fehaciente de una noticia falsa si contradice la propia creencia. Todo eso en un momento en el cual la inteligencia artificial ha mostrado su poder de inventar “realidades aparentes”.

Parece tener más vigencia que nunca la frase atribuida al ministro de propaganda del Nazismo, Joseph Goebbels: “miente, miente, que algo quedará”. Pero eso no es todo. Porque esa idea se potencia con la frase que la secunda: “mientras más grande sea una mentira, más gente la creerá”.