El peronismo en Santa Fe pateó la unidad y no se sabe hasta cuándo. Luego de un intento frustrado por unir lazos por parte de la cúpula santafesina del partido que fracasó rápido, cada tribu peronista decidió que no es momento de armar algo conjunto y optan por dilatar un proyecto común. Por ahora, hay un norte vidrioso con una idea siempre latente: ya llegará la magia de la unidad, con unas obligadas internas, cuando los papeles quemen y las elecciones se acerquen. 

A la vista, no están dadas las condiciones de acordar demasiado debido a las evidentes diferencias y una gestión que no las cohesiona. Por eso cada cual hace su juego, construye como puede su rincón; en silencio, con anuncios, con rosca. El rossismo se posiciona cada vez más cerca del albertismo a nivel nacional y en la provincia ya lanzó a Leandro Bussatto como candidato a gobernador. El Movimiento Evita hizo lo propio con el diputado nacional Eduardo Toniolli. Tiros, por ahora al aire, para empezar a pisar en la arena 2023.  

El perottismo intenta cebarse y, desde Hacemos Santa Fe, el sello del gobernador, le quieren dar músculo a la imagen y proyecto del rafaelino, que no está demasiado claro a nivel provincial. Sí su apetito para imponer su visión en territorio nacional, como el pasado jueves en la Bolsa de Comercio de Rosario cuando bregó porque Nación se encolumne con una "propuesta federal como la de Santa Fe". 

Por lo pronto va a la clásica: cooptar a las intendencias y presidencias comunales a base de recursos. El poder de ser oficialismo mueve montañas, por más que por lo bajo algunos intendentes de peso cuestiones la falta de conducción. La situación, al momento, es abarcar lo más que se pueda e ir delineándo la hoja de ruta.

De hecho, en un asado en la ciudad de Santa Fe, entre pescados y vino, el gobernador escuchó varios reclamos de los presidentes comunales. En la larga reunión para contener a la masa dirigencial, Perotti reconoció no tener aún candidato a gobernador.  

Todos parecen ver luz verde para hacer y disponer de movimientos. No hay un aparato o un líder que juzgue o que frene jugadas. Por eso es que las diputadas peronistas de Santa Fe, Paola Bravo y Matilde Bruera, sin peso dirigencial, resolvieron armar un bloque propio y dejar de depender del rossista Leandro Busatto en la conducción del bloque. Detrás parece haber estado la mano del camporista Marcos Cleri, quien entra y sale de la política provincial. 

El bielsismo se mantiene en modo stand by. Entiende que por ahora no hay que apurarse. De hecho, no se sentó en la mesa que propuso el presidente del PJ, Ricardo Olivera, y le desarmó la apurada idea de unidad que el resto, excepto el perottismo, pareció comprar. 

En esa estrategia el que suma es el senador Marcelo Lewandowski: sigue recorriendo el departamento Rosario con su reemplazante, Miguel Rabbia, se reúne con distintos actores, y muestra actividad constante con la agenda nacional. ¿Para qué? Verá; el tiempo es aliado de quién tuvo dos muy buenas elecciones y las empuña para que coticen llegado el momento. La pregunta es quién debería mover para el conjunto. Por ahora, nadie mueve un músculo.