Con la victoria del candidato del Partido Social Liberal, Jair Bolsonaro, y la derrota de los partidos tradicionales, no sólo en la contienda presidencial sino también en gobernaciones y en la conformación del Congreso, se configura un nuevo mapa político en Brasil, que se aleja de lo ya conocido.

En diálogo con Rosarioplus.com, el especialista en política internacional Mariano Yakimavicius analizó lo que pasó este domingo en el gigante del sur y lo que se puede esperar de cara a los comicios del 28 de octubre, cuando Bolsonaro deba enfrentarse en segunda vuelta a Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores designado por Lula Da Silva como heredero del movimiento, ante la imposibilidad de este de presentarse como candidato presidencial. 

"Lo primero que hay que decir tiene que ver con el porcentaje que obtuvo Jair Bolsonaro, que fue superior a lo que se esperaba y lo que marcaban algunas encuestas. Si bien es cierto que en su campaña había un espíritu victorioso que intentaba marcar el triunfo en primera vuelta, esto es harto difícil ya que desde que se instauró la segunda vuelta electoral en 1989 ningún presidente ganó en primera vuelta", recordó el analista.

En relación a cómo consiguió esta victoria, el especialista destacó el apoyo de "los sectores que apoyan fuertemente a Bolsonaro, entre los que se encuentran los productores de armas -lo cual viene a avalar el discurso de mano dura, pena de muerte, etc-, los productores rurales del sur de Brasil y por último los evangelistas, que representan ni más ni menos que el 30 por ciento de la población brasileña".

También vale la pena considerar la estrategia del candidato ganador. "Hay que tener muy presente que la campaña electoral de Bolsonaro optó por salir de lo tradicional, es decir, mientras todos los candidatos hacían campaña en los medios masivos de comunicación y con los debates presidenciales, el candidato del Partido Social Liberal se corrió de ese lugar. En los debates se mantuvo al margen con la excusa de su internación -producto de haber sido apuñalado el día 6 de septiembre-, y sólo hizo campaña a través de redes sociales. Y durante el último debate presidencial Bolsonaro dio una nota especial para el canal de los evangelistas, en donde tiene un gran apoyo", detalló. 

En relación a las expectativas sobre lo que pueda pasar en la segunda vuelta del 28 de octubre, Yakimavicius aseguró que "para quienes piensen que esto puedo revertirse, no es imposible, pero hay que decir que es improbable". Planteó: "Hasta ahora, la misma historia de Brasil ha demostrado que aquel que ha vencido en la primera vuelta, ha ganado también en la segunda consagrándose presidente". 

El experto mencionó "el duro impacto que tuvo el Lava Jato y todas las investigaciones vinculadas a Ptrobras y Oderbrecht en los partidos tradicionales: tanto en el Partido de los Trabajadores (PT) como en el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSD), quienes han mermado muchísimo en la cantidad de votos y en consecuencia en la cantidad de gobernadores y legisladores nacionales que han podido ubicar". De este modo ejemplificó: "Se puede mencionar el caso de Dilma Ruseff, que se especulaba con que pudiera conseguir una banca de senadora y se quedó afuera y no obtuvo absolutamente nada".

Yakimavicios remarcó que "se conformó un Congreso tremendamente atomizado, en donde sobre 81 senadores, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMD), que es el partido de Michelle Temer, va a tener 12 bancas nada más y el Social Demócrata 8. Y esos son los que más tienen, todos los otros van a tener, a partir de ahí, menos. Y si Bolsonaro llega a la presidencia va a tener solo 4. Esto se repite en diputados en donde sobre 513 diputados el partido que más va a tener el el PT que va a tener 56".

Finalmente, en relación a lo que se viene, aseguró que "con este panorama hay a grandes rasgos dos alternativas, que el próximo presidente tenga que ser un notable negociador en el ámbito legislativo o bien que utilice prebendas para conseguir los votos que necesite cada vez que tenga que sancionar una ley. Hay una tercera alternativa también posible en una eventual presidencia de Bolsonaro, que es la vía del apriete, la del autoritarismo. Habrá que ver cuál de ellas prospera".