El domingo 11 de abril Andrés Arauz, el candidato de Correa, perdió contra Guillermo Lasso, el candidato anticorreista. 47,5 versus 52,5  por ciento fue el resultado final, tras una primera vuelta en que la sorpresa fue Yaku Pérez, candidato del movimiento indígena, quien quedó a sólo 30 mil votos de entrar al ballotage.

En las elecciones del 7 de febrero el movimiento indígena de Ecuador se constituyó de manera definitiva como sujeto político relevante y competitivo en lo electoral, más allá de la heterogeneidad al interior del mismo. Su primera acción en este sentido, para mostrar su poder, fue el llamado a no optar por ninguno de los candidatos, sino a anular o votar en blanco. El resultado: casi 2 millones de votos blancos/nulos. Los pueblos indígenas resuelta y abiertamente, no quisieron apoyar a la fuerza de Rafael Correa.

En diálogo con Rosarioplus.com el licenciado en Relaciones Internacionales y secretario de Internacionalización de la Universidad Nacional de Rosario, Pedro Romero, analizó los acontecimientos políticos recientes en el país andino.

En relación a Ecuador aseguró que “ninguna lectura que se pueda hacer es total y son múltiples los factores que llevan a este resultado”. En este sentido, y dentro de esa multiplicidad de factores, afirmó que el lawfear es uno y muy importante. “Hoy Correa, tras la embestida política judicial en su contra con acusaciones de corrupción, tiene entre 5 y 7 puntos menos de adhesión”, detalló. 

Pero esto no es lo único que lleva a Revolución Ciudadana a la derrota. “Los quiebres que se habían producido con Correa durante sus mandatos se creían superados con la candidatura de Arauz y en gran parte así es. Pero hubo uno que no, y es el quiebre que se dio durante el segundo mandato de Correa con el movimiento indígena y ni Revolución Ciudadana, ni nadie, creyó que fuera de tal magnitud que le costase la elección a la fuerza política. Esta es la sorpresa que puede reportar lo de Ecuador”, explicó el especialista.

El gobierno de Correa tuvo su primavera con el movimiento indígena durante su primer mandato con la declaración de Ecuador como Estado Plurinacional en la Constitución del 2008, lo que significó un importante logro para los indígenas: con el establecimiento de un nuevo modelo de Estado se consagró la legalidad de sus reclamos y se instauró una práctica jurídica que persigue la verdadera igualdad entre las distintas comunidades del país.

Pero el quiebre al que se refiere el especialista llegó años más tarde con el acuerdo firmado en 2012 por Rafael Correa con una empresa minera China para la extracción de cobre en Zamora Chinchipe. La acción suscitó una marcha indígena desde esta provincia, ubicada en el sureste de Ecuador, hasta Quito en la que las comunidades indígenas, con sus mujeres y sus niños, recorrieron 700 kilómetros a pie para exigir que se dé marcha atrás con el acuerdo.

El movimiento indígena sintió que estaba entre votar al enemigo histórico o votar al traidor

“A Arauz no lo acompañó el voto indígena, y esto a pesar de saber que Lasso es un baquero, y que representa una derecha neoliberal y neoextractivista, es decir, todo lo que combaten. Pero el dilema con el que se encontraron fue votar al enemigo histórico o votar al traidor. ¿Quién es más enemigo? es la pregunta que se hicieron y la resolvieron con dos millones de votos en blanco”, analizó Romero.

“Más allá de eso, el futuro de Revolución Ciudadana, es promisorio. Logró un fuerte recambio de dirigentes, con una construcción nueva en el interior del parido, y manteniéndose como la fuerza política más importante de Ecuador. De hecho, Andrés Arauz tiene tan solo 36 años y logró el 47 por ciento de los votos. Pero deberá hacer su proceso de revisión de lo que pasó”, observó.

Este resultado devela varias cuestiones: la primera es que a partir de ahora, sí o sí, quien gobierne Ecuador tendrá que tener en cuenta lo que ocurra en el seno del movimiento indígena, la segunda es que Revolución Ciudadana -más allá de no a haber logrado la victoria- es el movimiento político más importante en Ecuador, y la tercera es que a Lasso le tocará gobernar con una oposición fuerte y vigorosa en varios frentes.