El Gobierno habla de ratificación; las cifras, ¿de apatía?
La baja participación del electorado abrió interrogantes que inquietan a oficialistas y opositores, por el momento más abiertos a diagnósticos que a respuestas
El primer mensaje poselectoral del Gobierno provincial exudó optimismo: “Santa Fe se pintó de Unidos”, celebró el gobernador Maximiliano Pullaro apenas cerrado los comicios del domingo que, según agregó, le permitieron un “contundente triunfo" en toda la provincia. La celebración no dio lugar a una mención sobre la baja participación del electorado, pese a ser el tópico que recorrió toda la jornada. Por el contrario, se señaló que Pullaro interpretó este resultado "como una ratificación de la gestión provincial y del proyecto político que encabeza”.
Pero ese manto de optimismo no pudo desplegarse ante los micrófonos de la conferencia de prensa brindada (casi a la misma hora) por el secretario del Tribunal Electoral, Pablo Ayala, quien fue inmediatamente interpelado al respecto. Y aunque evasivo en general, no pudo evitar dos frases tan contradictorias como ejemplificadoras del dolor de cabeza que significa la cuestión: “es lo que esperábamos” y “nos asombró la poca participación”, dijo casi seguidamente.
Al día siguiente y con la espuma del triunfo algo más baja, también el gobernador Pullaro hizo referencia al tema, justificado la baja participación en el hecho de que “en 146 distritos de la provincia no había listas opositoras” y en que “la gente vota con mayor compromiso cuando se elige intendente o gobernador”.
¿Es una explicación que condice con los números? Con una media de votación del 52% en toda la provincia, de acuerdo al propio Tribunal Electoral, el repaso por las principales ciudades de la bota no contradice ni terminan de acordar del todo con las explicaciones oficialistas.
Pablo Ayala hizo referencia al efecto ancla de Rosario y Santa Fe por ser las urbes que más dificultades presentan a la hora de ir a votar. Pero los preocupantes números de Rosario (48,33%) y de Santa Fe (46,47%) no son muy disímiles a los de otras varias localidades como Reconquista (45,85%), San Javier (45,595) o Tostado (47.61%), todos con internas en juego y en distritos donde la movilidad o distancias no suelen ser una dificultad general para emitir el sufragio.
Cierto es, no obstante, que muchas otras localidades presentaron números de participación por encima de la media, destacándose por amplio margen y entre las ciudades cabeceras Melincué, con un 72,02% de participación, y seguido algo de lejos por Sastre (63,35%), San Lorenzo (61,99%) o San Cristóbal (60,04%).
Entre los “distritos sin oposición” se destacaron las ciudades de Armstrong y San José de la Esquina, por ser los únicos municipios de la lista, con números de participación por encima de la media: 53,28% y 53,19% respectivamente.
El resto de las ciudades oscilaron entre los 45 y los 60 puntos, con güarismos no mucho más elevados entre aquellos pueblos o distritos menores donde no hubo oposición, como pueden ser Aldao del departamento San Lorenzo (68,43%), Felicia (57,86%) o Lehmann (48,09%).
“Necesitamos que la gente crea que la democracia transforma su vida. Cuando siente que da lo mismo, sucede esto, la gente no va a votar”, se lamentó el gobernador Pullaro sobre estos resultados. Su vice, Gisela Scaglia, cuestionó la cantidad de procesos electorales sucesivos y señaló que “la población no está interesada” en ellos. Entre la oposición se escucharon voces como las de Celia Arena, quien dijo que “la gente se siente enojada e impotente”, así como el flamante ganador de las elecciones rosarinas, Juan Monteverde, quien habló de la ”falta de representación".
Por el lado libertario se pronunció una de las ganadoras del domingo, la santafesina Ana Cantini, quien lo atribuyó como “consecuencia directa del hartazgo que vive la gente". “Hizo frío, sí, pero creo que el verdadero frío es el que los vecinos sienten cuando van a votar y saben que nada va a cambiar”, dijo Cantiani a RosarioPlus, quien además recordó que "hace 18 años que estamos gobernados por los mismos de siempre”.
Para Cantiani debe darse una “batalla cultural”: “La juventud también se está alejando porque no se siente representada, porque no encuentra algo nuevo, algo que valga la pena”, analizó.