La frase se instaló y se repitió ni bien Mauricio Macri tomó el bastón presidencial. “Se viene un gobierno de CEOs”, alertaron detractores y opositores. En las filas oficialistas, en cambio, inflaron el pecho por sumar los “mejores cuadros del mundo corporativo”, ajenos a la “contaminación política partidaria”, quienes llegaban a la Casa Rosada para “elevar la eficiencia del Estado”.

Con el afán de desmenuzar estas afirmaciones, el Observatorio de las Elites Argentinas, un espacio académico de la Universidad Nacional de San Martin (Unsam), decidió investigar e indagar sobre el perfil sociológico del gabinete inicial de Macri, un total de 364 funcionarios que en diciembre de 2015 fueron designados para ocupar las más altas posiciones jerárquicas.

El estudio puso la lupa sobre los 20 ministerios, las Secretarías de la Presidencia de la Nación (SP) (actualmente General, Legal y Técnica, Sedronar, AFI —ex SIDE— y Casa Militar), la Jefatura de Gabinete de Ministros (JGM) y el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Para cada uno de los 364 individuos que conformaron el universo de estudio de la investigación, se reconstruyeron 87 variables, entre ellas sexo, edad, lugar de procedencia, nivel educativo alcanzado, tipo de establecimiento educativo, tipo de carrera elegida, participación en ONG’s, partidos políticos, y cargos ocupados (públicos y privados).

La investigación fue dirigida por las sociólogas Paula Canelo y Ana Castellani, y el trabajo de campo se realizó entre febrero y septiembre de 2016 por un equipo integrado por 45 investigadores, entre ellos becarios del Conicet y la Unsam, y estudiantes de las carreras de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Las fuentes consultadas fueron todas de carácter público: el Boletín Oficial de la República Argentina, diarios y revistas de circulación nacional (Clarín, La Nación, Perfil, Página 12, El Cronista Comercial, Ámbito Financiero, Revista Mercado, Apertura, Noticias, etc.), currículum vitae y fichas biográficas de los funcionarios que fueron publicados, por ejemplo, en las páginas web de los respectivos ministerios, presentaciones de los funcionarios en eventos académicos, publicaciones oficiales, etc.

Perfiles repetidos

En lo que respecta a lo sociodemográfico, la investigación arribó a la conclusión que el gabinete de Cambiemos es “predominantemente masculino”, debido a que solo el 22,6% del total de los altos puestos jerárquicos del gabinete es ocupado por mujeres.

El Ministerio de Desarrollo Social es la cartera que presenta una distribución de género más equitativa, con un 56,5 % de mujeres, seguido de lejos por Salud, Relaciones Exteriores, Comunicaciones y Ambiente. En el otro extremo, aparecen las carteras netamente masculinas, como Defensa, y Ciencia y Tecnología, en donde no hay mujeres con poder de decisión.

Sobre el lugar de procedencia, el estudio se topó con un “gabinete metropolitano y poco federal”. Los investigadores lograron reconstruir este dato sólo para 270 de los 364 funcionarios. De ese subtotal, 219 (más del 80%) provienen de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) o de la Provincia de Buenos Aires.

Los funcionarios jerárquicos del gabinete presentan un elevado nivel educativo: el 75% posee un título universitario, y el 42% posee, además, algún posgrado. En términos generales, las disciplinas en las que se formaron estos funcionarios son las consideradas “tradicionales” entre las elites argentinas, según señala la investigación: el 78% del total se formó en ciencias económicas, derecho o alguna ingeniería.

Un rasgo distintivo es el importante peso que adquieren las instituciones educativas privadas en la formación de los funcionarios: un 33% en el caso del grado y un 70% entre quienes tienen posgrado.

La trayectoria ocupacional, la “verdadera excepcionalidad” del gabinete de Macri

Solo un 30% de los funcionarios jerárquicos arrastra una “trayectoria pública pura”, es decir, desarrollada exclusivamente en el sector público. Un 48% presenta una “trayectoria público-privada” (cargos alternados) y el 22% restante (79 individuos) trabajó solo en el sector privado, construyendo una “trayectoria privada pura”.

Este perfil se repite mucho en carteras del “área económica”, tales como Energía (50%), Producción (45,8%), Agroindustria (44%), y también en el ministerio de Trabajo (42,9%)

En lo que hace al “tipo de cargo” en el sector privado, la investigación halló una “excepcional presencia de “CEOs”: el 31,3% (1 de cada 3) ocupó alguna vez un puesto de alta o media/alta gerencia en diversas.

El dato más significativo, sin embargo, surge en el destino que el presidente decidió para estos CEOs. Además de concentrarse en el “área económica” (Producción, Energía, Agroindustria, Hacienda y BCRA), “rasgo frecuente de los gabinetes argentinos durante los años recientes”, estos ejecutivos se encuentran ahora distribuidos en todas las carteras, incluso en las que integran el “área política”.

“Las carteras más colonizadas por los CEOs no corresponden al “área económica” sino al “área política”: este tipo de funcionario representa el 69,6% de la cúpula de la Jefatura de Gabinete de Ministros, y el 58,3% de la Secretaria de Presidencia", se lee en el trabajo del Observatorio.

Pero además, señala la investigación, el gabinete de Macri “revela un peso inédito de dirigentes de las grandes corporaciones del empresariado argentino", léase Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copa), Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y la Unión Industrial Argentina (UIA), entre otras.

Estos dirigentes corporativos alcanzan un 10,9% en el conjunto del gabinete y, a diferencia de los CEOs, extendidos por todo el gabinete, se concentran selectivamente en sus áreas de influencia sectorial: Agroindustria (32,5%) y Producción (25%).

Como si fuera poco, el estudio da cuenta de una incidencia notable de casos de “puerta giratoria” debido a que el 24% de los funcionarios ocupaba un cargo en el sector privado al momento de ser convocado para integrarse al gobierno. 

Principales conclusiones

“¿La extendida presencia de CEOs en estas altas esferas del Gobierno nacional es un fenómeno nuevo?”, se preguntan los investigadores. “No, en varios momentos de nuestra historia reciente hubo empresarios o dirigentes corporativos integrando gabinetes nacionales, sobre todo en las áreas de gestión económica y financiera”, responden.

Sin embargo, --aclaran-- lo inédito o distintivo del gabinete de Macri es que lo transformó en un área de profunda influencia de los CEOs, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, lo que constituye “un rasgo inédito en la experiencia reciente”.

Estos ejecutivos “desbordaron el 'área económica', donde generalmente tendían a posicionarse, para colonizar el “área política” del gabinete, transformándose así en actores decisivos en la toma de decisiones en esa área”.

A juicio de la investigación, este “perfil” acarrea varios riesgos: a) el sesgo antiestatal, antipolítico y promercado que impregna la ideología de los CEOs y gerentes; b) las lealtades que traen al seno del Estado y del Gobierno quienes desarrollaron sus trayectorias en el sector privado, aumentando la probabilidad de conflictos de intereses y la permeabilidad a las presiones de los actores económicos; c) las dificultades para cohesionar un cuerpo de funcionarios caracterizado por compromisos políticos débiles; y d) la extrapolación de criterios organizacionales propios del management a la administración pública.