Los ediles de la comisión de Gobierno del Concejo Municipal comenzaron a debatir una nueva normativa para regular la noche rosarina. Los puntos centrales de la discusión fueron: la eliminación de la categoría "bailable o no bailable", la diferenciación entre locales con fines de lucro y culturales, la convivencia con los vecinos, entre otros temas.

El inicio de la reunión estuvo a cargo de la titular de la comisión, María Eugenia Schmuck, del bloque Radical, quién remarcó la intención de “retomar acuerdos alcanzados” en los años anteriores, cuando se discutió la problemática a partir de un proyecto que en su momento presentararon los concejales López Molina, de Cambiemos y Osvaldo Miatello, de Compromiso con Rosario, junto a los ex ediles Jorge Boasso y Diego Giuliano.

Además, la concejala manifestó la necesidad de solicitar una una declaración jurada de cada local que se habilite y que se cumplan, por ejemplo, las normas sobre insonorización, seguridad y la relación con los vecinos.

En tanto, Schmuck indicó que la intención era separar la normativa en lo que es esencialmente diversión nocturna de otros rubros que contempla la actual ordenanza Nº 7218, tales como espectáculos deportivos, parques de diversiones y clubes sociales y culturales.

“Si hay alguien que en estos 6 años de discusión no se escuchó es a los jóvenes”, afirmó la edila radical y propuso que los mismos puedan exponer sus inquietudes, a través de juventudes políticas, centros de estudiantes u otras organizaciones de jóvenes. "No le gustan los grandes boliches, prefieren los grandes espectáculos al aire libre o lugares más chicos, con espectáculos en vivo, con diferentes músicas”, opinó. También, consideró la necesidad de “promover una noche segura” y la “convivencia con los vecinos”.

“Lo que queremos hacer es modificar la 7218 porque hoy tiene fallas, porque la tendencia cambió, y porque existen una cantidad de lugares que no se ajustan a ninguno de los rubros”, sostuvo la concejala de Ciudad Futura Caren Tepp. La legisladora manifestó que en los nuevos planteos se sigue categorizando a los locales como bailables o no bailables, lo que consideró un error, e insistió en la necesidad de distinguir entre rubros que buscan el lucro, vinculados a sectores empresariales, y los espacios culturales o clubes.

Por su parte, la edila de Unidad Ciudadana Marina Magnani indicó que se “pueden diferenciar los emprendimientos según el factor ocupacional” y en una segunda intervención mencionó lo dicho por un joven en un reciente debate en el cuerpo colegiado respecto que “la democracia termina en la puerta del boliche”, donde “se producen agresiones, te pegan en los baños donde no se ve, te cortan el agua potable y los baños son una mugre”.

El edil Chumpitaz coincidió en la necesidad “de diferenciar entre lo comercial y lo cultural y darle más relevancia a lo cultura”. También planteó tres puntos sobre los que se debería trabajar: factor ocupacional, seguridad e higiene en cuanto al local y seguridad externa e interna.

A su turno, el edil Rodrigo López Molina señaló que "una ordenanza tan amplia y pretenciosa” extenderá demasiado el debate, corriendo el riesgo de seguir extendiendo el tiempo sin una normativa más moderna.

"Presentamos el único proyecto de reforma integral de la normativa que regula la noche, que en la actualidad tiene estado parlamentario en el Concejo Municipal. Este año lo volvimos a ingresar junto a Osvaldo Miatello y planteamos una vez más la necesidad de mejorar una ordenanza que es de 2001", destacó el rerferente de Cambiemos.

El proyecto que elaboraron en 2014 ambos ediles -junto a los entonces concejales Diego Giuliano y Jorge Boasso- tiene como uno de los ejes más importantes la simplificación de los rubros, reduciendo la cantidad que hoy existen, que resultan muy confusos y diversos. En relación a este aspecto, propusieron dividir los locales que tienen actividad bailable, de aquellos que no la tienen.

A su vez, se trabaja sobre el control del factor ocupacional -para ampliarlo- y se propone la promoción de boliches especiales para menores, para que los más chicos no se queden dando vueltas en la calle. 

"Con este proyecto queremos que tanto el que sale a bailar como el que busca esparcimiento en lugares sin actividad bailable, esté divertido y seguro. Y quien vive cerca de un boliche o de un bar, también tenga la tranquilidad de que no va a tener que reclamar todos los días a la Municipalidad por ruidos molestos o vibraciones. Eso se puede lograr con una visión de ciudad integral, donde puedan coexistir diversión con los que necesitan descanso", explicó López Molina.

A diferencia del edil de Cambiemos, Gigliani dijo que “hay que dar un debate profundo” y enfatizó que “lo que molesta a los vecinos no es el baile sino la música”. Aludió también a las modificaciones que hacen a los cambios culturales, como “es hoy el boom de las cervecerías, otro tipo de modalidad”.

Hizo igualmente referencia a los controles y a los problemas que se han producido en tal aspecto tras los accidentes en el International Park y en “Café de la Flor”.

En los tramos finales del debate el edil López Molina dijo que la única división que le convence es entre bailables y no bailables, y enfatizó que “algún rubro hay que poner”.

Presidió el encuentro la titular de la comisión, María Eugenia Schmuck, del bloque Radical, y participaron Gabriel Chumpitaz, Roy López Molina y Agapito Blanco, de Cambiemos; Marina Magnani, de Unidad Ciudadana; Caren Tepp, de Ciudad Futura, Norma López, del Frente para la Victoria-PJ y María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular (IP).