El Concejo aprobó de manera dividida un cambio en el reglamento de edificación y código urbano que irá alterando en adelante la fisonomía de la ciudad, al menos en lo que hace a sus edificios de altura. Por un lado, amplió la superficie admitida para construir balcones y salientes, y por otro, llevó más arriba la altura mínima que deban contar las plantas bajas de edificios, nunca ya por debajo de los 3 metros.

“Los balcones siempre han sido, en ciudades de climas como la nuestra, fundamentales y sirven como un contacto entre el exterior y el interior de los departamentos, además para el ingreso de luz y aire. Las posibilidades que generan estos espacios son muy importantes, y más en estos tiempos que vivimos, para el disfrute y las actividades fuera de los espacios cerrados, es por eso que potenciar estos lugares revalorizan las posibilidades que tienen” explicó la titular del Concejo, María Eugenia Schmuck.

El proyecto de ordenanza propone permitir la realización de balcones más amplios. La propuesta plantea la posibilidad de que el balcón sobresalga 1,50 m por fuera de la línea municipal, ampliando el 1,20 m que rige actualmente y asimilando la normativa a las de ciudades como Buenos Aires o Santa Fe.

“Otro de los objetivos es el de disminuir el consumo de energía en refrigeración y calefacción, los edificios deberían permitir relaciones más fluidas con el exterior y potenciar el uso del aire libre” amplió la concejala.

La aprobación se dio por mayoría reglamentaria, puesto que hubo varios ediles que votaron en contra: Fernanda Gigliani, Andrés Giménez, Marina Magnani, Eduardo Toniolli, Alejandra Gómez Sáenz, Norma López, Caren Tepp, Pedro Salinas, Jesica Pellegrini y Luz Olazagoitía se opusieron.

En cuanto a las plantas bajas, la nueva norma lleva a 3 metros la altura mínima de esos ambientes. “La vereda es el espacio público por excelencia, y este proyecto de ordenanza invita a mejorar la relación del edificio con el espacio público”, fundamentó Schmuck.

La ordenanza ratifica en algunos de sus puntos la necesidad de garantizar áreas de ingreso a edificios con espacios más generosas que den lugar a mejores proyectos arquitectónicos que garanticen espacios urbanos y amigables para el peatón.

“Se propone una altura mínima para la construcción de las plantas bajas de edificios en la ciudad, sin que esto implique obviamente realizar menos niveles de los que se hacen en la actualidad” y finalmente aseguró Schmuck: “Con este proyecto los edificios tendrán la posibilidad de instalar negocios, de aportar a la mixtura de usos, que le den vida a los ingresos de los edificios, que beneficien el comercio de cercanía, y aporten mayor fluidez entre el espacio público y privado”.