La victoria del "brexit" amenaza con convertir al Reino Unido en un reino dividido, con Escocia reclamando un nuevo referéndum de independencia y con la frágil paz de Irlanda del Norte, también partidaria de continuar en la Unión Europea (UE).

El 52 por ciento de los británicos se pronunciaron este jueves en el plebiscito sobre Europa a favor de desligarse del bloque comunitario, frente a un 48 por ciento que quería seguir formando parte de la organización.

La cifra contrasta con los resultados de Escocia, con un 62 por ciento que apostó por seguir en la UE frente al 38 por ciento a favor del "brexit" y con los de Irlanda del Norte, con un 55,7 por ciento de los sufragios.

Este escenario desvela un panorama conflictivo en el que el sentimiento de simpatía por Europa es muy superior en Escocia y en Irlanda del Norte, más que en Inglaterra o Gales.

Las reacciones no se han hecho esperar y la ministra principal del gobierno escocés, Nicola Sturgeon, dijo que "es altamente probable" que se convoque otro referéndum de independencia en Escocia después de que el Reino Unido haya votado por dejar el bloque.

En su programa electoral para las elecciones generales de 2015, detalló que debería haber un cambio "material y significativo" en las circunstancias políticas para volver a presionar por un referéndum sobre la independencia.

Pero las novedades también vienen de Irlanda del Norte. El rechazo norirlandés al "brexit" también llevó al partido republicano Sinn Féin a pedir a Londres la convocatoria de un referéndum sobre la unidad de Irlanda.

Por su parte el primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, lamentó que el Reino Unido haya decidido salir de la Unión Europea (UE), pero destacó que la "relación sólida y estrecha" que mantienen ambos países continuará.