A Dilma Rousseff la acorralan desde todos lados, hasta su vicepresidente de Brasil, Michel Temer, quien afirmó estar "preparado" para asumir como jefe del Estado en el caso de que el Congreso destituya a la presidenta, quien lo calificó como "el jefe del golpe" en su contra con el juicio político en la Cámara de Diputados.

"Si el destino me lleva a esta función, y aclaro que hay que esperar los acontecimientos, está claro que estaré preparado, porque lo que pauta mi actividad es exactamente el diálogo. No es que yo sólo sea capaz individualmente, pero sé de la fuerza del diálogo con varios sectores para salir de la crisis", dijo Temer en una entrevista televisiva.

Sin citarlo, la presidenta Rousseff calificó a Temer como "el jefe del golpe" luego de que se filtrara un discurso grabado del vicepresidente preparando su asunción y dando por descontada la victoria, el domingo, de la oposición en la Cámara de Diputados, que debe elevar al Senado el juicio político de la jefa del Estado por supuesto delito de responsabilidad en el manejo del presupuesto.

El vicepresidente, titular con licencia del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), rompió con Rousseff hace dos semanas y aceleró los planes de su aliado Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara baja. Sin embargo, aclaró que si la oposición es derrotada el domingo, continuará en el cargo por su "convivencia con el gobierno, que siempre fue institucional".

Télam