El candidato presidencial del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Nicolás Del Caño, pasó por Rosario en campaña y con la misión de retacearle votos a la supuesta grieta que, en su análisis, es un simulacro entre diferentes expresiones del establishment. En diálogo con Rosarioplus afirmó que "hoy el pueblo trabajador sufre un saqueo histórico, como en el '89 y en 2001", y que "no hay medias tintas para salir de este modelo: son ellos o nosotros. Que la crisis la paguen los grandes grupos económicos, no los trabajadores".

—El escenario político está hegemonizado por Macri y el kirchnerismo. ¿Cómo se ubica el FIT?

—Frente a la discusión de los candidatos preocupados por cómo pagar la deuda externa, proponemos invertir las prioridades: primero apuntar a resolver el problema de los salarios. Ningún trabajador puede cobrar menos de lo que cuesta una canasta familiar, anular los tarifazos, y con servicio de calidad que llegue a toda la población. Los beneficios no pueden ser para un puñado de empresas, muchos amigos de Macri. Insistimos en el reparto de las horas de trabajo para empezar a combatir la desocupación, un plan de obras públicas gestionado por trabajadoras y trabajadores. Con las consecuencias de la ola de frío queda en evidencia el Estado que no resuelve la realidad de millones, el déficit habitacional de 3 millones de viviendas. Resolver el deterioro de la salud y la educación pública. Eso es una prioridad, y no que los recursos vayan a los especuladores. 3 mil millones de dólares por mes se fugaron en la era Macri. Ni hablar del gobierno, que dice que el único camino es pagarle al FMI. Y del otro lado tampoco se escucha que vayan a recuperar el 20% del salario que se perdió en estos tres años y medio, de las tarifas no se dice nada.

"Hoy el saqueo al pueblo trabajador es tan brutal como lo fue el de 1989 o el de 2001. Para salir de eso, entonces, no hay términos medios".

—¿Entonces esa polaridad es falsa?

—Sí, se intenta adelantar una eventual segunda vuelta que sucedió una sola vez, tratando de anular las otras propuestas. Es fundamental intentar romper esta polarización todo lo posible para fortalecer una fuerza política de trabajadores que enfrente la situación actual y lo porvenir. Macri sigue diciendo que lo peor ya pasó, y tanto Lavagna como Alberto Fernández dicen que hay que reconocer esta deuda porque la tomó un gobierno democrático. Ni siquiera plantean una auditoría. ¿Quién se benefició con este endeudamiento? El bono a cien años que emitió Caputo y favoreció a un grupo inversor del que él formaba parte. Esta crisis deben pagarla los grandes grupos económicos, no el pueblo trabajador.

—El macrismo dice que la candidatura de Espert es funcional al kirchnerismo. El kirchnerismo puede decir que la izquierda es funcional al macrismo.

—Son planteos que intentan anular el debate principal: cómo salir de esta crisis y que no sean los trabajadores quienes carguen lo que no generaron. Vamos al default por culpa de los grupos concentrados de la mano de Macri. La contracara del aumento de la pobreza es la fortuna que ganaron los bancos durante el gobierno de Macri. Plantear eso cuando hay una coalición conformada con los que permitieron que Macri aplicara este ajuste. Lo funcional a Macri está en el llamado Frente de Todos. Massa fue el primero en ponerle el hombro, los gobernadores, como Bordet que votó el ajuste previsional, o Manzur. Esos son los funcionales a Macri y no la izquierda.

—¿Cómo se sale por izquierda del modelo de Macri con el menor costo?

—No hay medias tintas para salir de esto. Alberto dice que es más conciliador que Cristina, y no. Si querés congeniar los intereses voraces de los especuladores, bancos, petroleras con el pueblo trabajador, imposible. Ellos solo quieren maximizar ganancias y Macri los expresa. Son ellos o nosotros.

—¿Pero cómo se aplicaría eso evitando el golpe de mercado, bloqueos, carpetazos, la reacción del establishment?

—Carpetazos a nosotros ninguno porque no tenemos nada que esconder. Obviamente, a los sectores de poder no les gustaría y eso obliga a una movilización general del pueblo trabajador. Sin eso es imposible sostener un proyecto así. No vendemos humo, no decimos que se recuperará la economía, el salario sin decir cómo se hace. Lo decimos claro: hay que enfrentar al poder, sino será lo de 2014 cuando Kicillof dijo que los mercados le impusieron la devaluación. Entonces, banca estatal única para evitar la fuga de capitales, monopolio estatal del comercio exterior. Impedir que los mercados manejan la economía, que sean los trabajadores y no los grandes grupos. Este sistema política convoca cada 2 o 4 años a votar, pero los mercados votan todos los días dejando tu salario por el piso. Sin la organización popular, imposible. El ejemplo de las mujeres desde 2015 con #Niunamenos y la marea verde por el aborto legal nos muestran el camino.

—¿Mientras tanto, cómo hacerlo si en cada elección la mayoría vota otra cosa?

—No, fijate la práctica del FIT en las 40 bancas parlamentarias obtenidas desde 2011 que venimos creciendo, los cuerpos de delegados, el movimiento de mujeres, de la juventud. Fortalecer eso permite estar en mejores condiciones para enfrentar esta situación de hoy y lo que está por venir. Estamos ante un saqueo histórico al pueblo trabajador como pasó en el 89, en 2001. Darlo vuelta dependerá de esa capacidad de movilización. No negamos que hay quienes dicen "voy a votar el mal menor" y se tapan la nariz, pero no debe ser así.

—¿Qué perspectivas tiene entonces la izquierda hoy?

—El escenario es difícil, pero con la fuerza de nuestra militancia, con una campaña hecha a pulmón, desigual ante las campañas que financian empresarios, podemos seguir fortaleciendo una alternativa que es valorada por mucha gente independientemente de si nos apoya con su voto. La izquierda dice lo que va a hacer, no vendemos humo. Y eso genera respeto en muchos sectores y a eso vamos: disputar la conciencia de millones, la confianza puesta en la fuerza de la clase trabajadora y no en algún supuesto salvador o salvadora.

—¿Qué posición tomará en caso de un balotaje?

—Iremos a debatir nuestro programa en las Paso y no está claro que vaya a haber un balotaje, y si sucede, veremos de qué manera expresamos nuestra postura independiente ante fuerzas que no nos representan. Sabemos que el gobierno de Macri tiene un plan completamente distinto y si desde la oposición no se plantea la medida que sostenemos, veremos cómo expresaremos nuestra posición. No definimos eso porque no sucedió.