Este jueves la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner redobló su ofensiva contra el juez federal Claudio Bonadio, a quien denunció ante el Consejo de la Magistratura con el objetivo de que se le inicie allí un juicio político por "mal desempeño" y "prevaricato", luego de que el magistrado la recibiera el miércoles en su despacho en el marco del llamado a indagatoria por la causa que investiga presuntas irregularidades en la venta de dólar futuro.

En esa oportunidad, la ex mandataria decidió no responder preguntas del juez, a quien le entregó un duro escrito en el que ya anticipaba la decisión que, finalmente, tomó un día después. En ese texto, CFK acusó a Bonadío de hacer un uso “abusivo del poder” y dijo que el magistrado le tiene "aversión política".

Para la ex presidenta, su convocatoria a declarar como acusada se trató de un acto de "prevaricato", delito que pena al juez. También acusó al gobierno nacional de urdir una maniobra, con ayuda del Poder Judicial, para "plantar" una causa penal y dejarla detenida.

En ese sentido, y como un anticipo de lo que, finalmente, sucedió este jueves, Cristina había indicado que "la resolución dictada" al citarla a declarar como imputada "resulta contraria a la ley y fundada en hechos absolutamente falsos”, y anticipó que “así quedará acreditado en la esfera judicial competente".