“Los vecinos y vecinas de Rosario quieren la comisaría del barrio abierta, no cerrada. La comisaría es una ventanilla del Estado las 24hs, los 365 días del año. Está claro que tienen que mejorar su atención, de forma más profesional, eficiente e inteligente. Pero siempre abiertas y cercanas”, planteó el concejal Lisandro Cavatorta.

En 2016, en la gestión de Miguel Lifschitz se llevó adelante un plan para refuncionalizar y eliminar de manera progresiva las más de treinta comisarías que había en Rosario. Después de estudiar los modelos de comisarías de otras latitudes, como por ejemplo Colombia o Chile, los funcionarios de aquella gestión proyectaron la construcción y puesta en funcionamiento de seis estaciones policiales distritales, para justamente evitar la superposición de tareas, la corrupción policial, la sobrepoblación penitenciaria en comisarías y, sobre todas las cosas,  poner la mayor cantidad de efectivos policiales en la calle. Así, mientras se construían las dos primeras de las llamadas “mega-comisarías”,  se llegó a cerrar algo más de un 30% de las comisarías de la ciudad.

“El año pasado –precisó el concejal– gestionamos desde el Concejo y junto al ministro Brilloni, pudimos reabrir la 1ª, la 13ª, se iniciaron obras en la 6ª y la 11ª. Además se abrió una en el barrio Olímpico. Pero es importante saber que las comisarías no están para alojar detenidos ni para ser un depósito de autos chocados. Están para atender a la gente, cerca de su casa. Tomar denuncias, trámites y sobre todo escuchar a los vecinos. Pero para eso, la policía tiene que conocer al barrio, sus calles, sus lugares, sus horarios y su gente. Lo que nos piden los vecinos es que la comisaría esté abierta. Hay una cuestión cultural, sobre todo en los barrios donde la presencia del Estado no es igual que en el centro.

Las declaraciones de Cavatorta suman un nuevo round en la discusión sobre el plan de Estaciones Policiales por distrito que en su momento impulsó Pullaro cuando era ministro y ahora retoma en su rol de Gobernador.  

Sin embargo, el cambio de gobierno en 2019 significó también un viraje en esta política pública. La gestión de Omar Perotti entendió que era necesario contar con una mayor presencia del estado en el territorio y que las comisarías eran una pieza clave en ese esquema. Así, tras gestiones y reclamos elevados por el edil Lisandro Cavatorta en las mesas de trabajo con el Ministerio de Seguridad provincial al escuchar los reclamos de los vecinos,  se comenzó un proceso de re-apertura de las comisarías. En este sentido, el concejal llegó a afirmar que “cerrar comisarías es como cerrar escuelas: el Estado tiene que estar presente y trabajar más, no ausentar se ni reducir esfuerzos”.

Hoy en día, todo quedó a medio camino. Ni las estaciones policiales lograron abrirse y dar respuesta a la demanda de seguridad, ni las comisarías lograron ser fieles a ese mandato que las ponía en un lugar clave en la vida de la ciudad. Así, y de una manera un tanto maniquea, se llegó al punto de discutir entre un modelo u otro. Sobre esto se expresó el concejal Cavatorta, quien alertó sobre el falso dilema de optar por las mega-comisarías o por las comisarías tradicionales. Al respecto, fue muy claro: “No hay que elegir entre estaciones policiales o comisarías, son las dos y al mismo tiempo”

“La política de seguridad tiene que ser una política de estado, de largo plazo, contar con consensos amplios, respetuosa de los derechos humanos y de lo que estos cuarenta años de democracia nos han enseñado, tener la menor discrecionalidad posible y, sobre todas las cosas, debe ser coherente con la complejidad, la historia y la cultura de la ciudad. Vemos que muchas veces llegan “expertos” o “técnicos” con ideas que han sido efectivas en otros lugares y las queremos implementar sin considerar el contexto local. Así, en Rosario, en cinco años, se llegó a cerrar una de cada tres comisarías, entre otros "experimentos" que se intentaron hacer. Algo inédito para una ciudad con este nivel de conflictividades y violencia.”

Finalmente, Cavatorta dijo que “hoy no solo desconocemos en qué va a quedar el proyecto de las comisarías y las estaciones policiales, sino que, a un mes de gobernar la provincia y a cuatro de haber ganado las elecciones, seguimos sin conocer el Plan de Seguridad que tiene el ejecutivo provincial para Rosario. Por eso, vamos a estar presentando desde el Concejo un pedido de informes, sobre la situación de las dependencias policiales en la ciudad, para conocer qué planes tienen quienes hoy tienen la responsabilidad de gestionar y garantizar la tranquilidad pública.

Insisto no es megaestaciones o comisarías de barrio, es “y”, con distintos roles y objetivos, más profesionales, inteligentes y eficientes, … pero abiertas y cerca”.