Bullrich y Aleart, misma receta: cargos públicos para militantes amigos
Aunque prometieron erradicar la "casta", Patricia Bullrich y Juan Pedro Aleart replican viejas prácticas al repartir cargos públicos entre militantes propios. La Libertad Avanza denuncia el acomodo, pero también lo ejerce.
El gobierno libertario grita contra la “casta”, pero actúa exactamente como lo que dice detestar. Mucha pose, pero en los hechos acomoda a los suyos en la administración pública. Patricia Bullrich y Juan Pedro Aleart repiten la receta, ya casi un modus operandis: repartir cargos a militantes propios sin experiencia ni trayectoria.
De la boca para afuera critican la utilización del dinero del Estado, en los hechos pagan lealtades con cargos en el Estado. Dos investigaciones recientes, una publicada por Ámbito Financiero y otra por RosarioPlus, exponen el mismo modus operandi en dos niveles distintos del gobierno: el nacional y el provincial.
Por un lado, Patricia Bullrich ha convertido al Ministerio de Seguridad en una usina de empleos para su agrupación juvenil Halcones Republicanos, un desprendimiento del PRO que hoy milita alineado con La Libertad Avanza. Sus principales dirigentes ocupan cargos clave dentro del ministerio: secretarías, asesorías y direcciones, sin concursos ni trayectoria profesional conocida.
Mientras tanto, en Santa Fe, Juan Pedro Aleart, ex periodista y hoy referente libertario local, también hizo lo suyo. Según reveló este medio, al menos una decena de militantes y candidatos de su lista fueron designados en cargos del PAMI, un organismo que, paradójicamente, ha despedido personal y sufrido recortes bajo el mismo gobierno que hoy acomoda libertarios.
Es por lo menos contradictorio que el candidato a concejal por La Libertad Avanza critique luego a los médicos del Hospital Garrahan que participaron en una jornada de protesta por mejoras salariales. “Lo llenaron de ñoquis para esconder su corrupción detrás de una causa noble”, comentó en sus redes sociales.
Ambos casos tienen un patrón en común: el uso del Estado como agencia de empleo partidario, algo que desde La Libertad Avanza juraban combatir con motosierra. Pero lejos de eliminar “ñoquis”, parecen estar reemplazándolos por los propios. Detrás del discurso de la austeridad, de la épica anti-casta, se esconde la vieja práctica de siempre: quien tiene el poder, reparte entre los suyos.