La polarización en el ámbito político y jurídico brasileño tendrá este miércoles una prueba de fuego, ya que el Supremo Tribunal Federal (STF) juzgará un habeas corpus presentado por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para evitar que su condena en segunda instancia por corrupción lo envíe a la cárcel. Lula se perfila como el gran candidato para ganar las elecciones en octubre, por eso la importancia de la decisión.

Con los grupos derechistas identificados con el juez Sérgio Moro, líder de la Operación Lava Jato, convocando a manifestaciones en todo el país para pedir la prisión de Lula, la corte suprema de Brasil estará en el primer plano nacional e internacional.

Lula tiene una orden de ejecución de su pena de 12 años y un mes de cárcel por parte de la cámara de apelaciones de Porto Alegre, que ratificó un fallo condenatorio del juez Moro contra Lula, supuestamente por recibir un departamento como soborno por parte de la constructora OAS en el balneario de Guarujá.

"Espero que la suprema corte haga justicia. No quiero ser beneficiario de nada, quiero ser juzgado por el mérito del proceso, un juicio mentiroso con pruebas mentirosas. No acepté la dictadura militar y no aceptaré la dictadura del ministerio público y del juez Moro", dijo Lula.

Lo hizo anoche, donde toda la izquierda se unió en forma inédita, en Río de Janeiro, durante el respaldo que le dieron otros precandidatos presidenciales como Manuela Davila, del Partido Comunista de Brasil, y Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).