El ultraderechista Jair Bolsonaro, que este martes asumió como nuevo presidente de Brasil, dijo en el discurso que pronunció ante el Congreso que impulsará reformas estructurales para sanear las cuentas públicas, cuya maltrecha situación es considerada como una de las mayores amenazas para la economía del país. El "libre mercado" y relaciones internacionales “sin perfil ideológico” fueron algunos de los puntos en su primer discurso al asumir el cargo en el Congreso Nacional, ante el cual convocó a la unión nacional.

"Promoveremos reformas estructurales que serán importantes para la sustentabilidad de las cuentas públicas", afirmó en el discurso de cerca de diez minutos que pronunció poco después de haber sido investido como presidente por los próximos cuatro años.

El nuevo jefe de Estado brasileño se mostró a favor de una profunda reforma al régimen de jubilaciones y pensiones, actualmente deficitario y que, según economistas, puede entrar en colapso en los próximos años.

El capitán en la reserva del Ejército brasileño dijo igualmente que, para sanear las cuentas, su Gobierno no gastará más de lo que recauda, pero que, aun así, cumplirá todos los contratos. Bolsonaro afirmó que el ajuste fiscal para sanear las cuentas públicas es necesario para estabilizar la economía e impulsar su crecimiento.

"Necesitamos crear un circulo virtuoso en economía que genere confianza y estimule no sólo nuestro mercado sino también el comercio internacional con todos los países y sin amarras ideológicas", agregó.

La política económica del nuevo gobierno brasileño, por lo ya admitido por Bolsonaro, tendrá un tinte claramente liberal y será comandada por Paulo Guedes, un economista formado en la Escuela de Chicago y al que el presidente ha dado "carta blanca".

Guedes ha propuesto una ambiciosa apertura al capital extranjero, impopulares ajustes fiscales, una severa reducción del tamaño del Estado y de sus gastos, y privatizaciones en todas las áreas, que incluyen negocios del gigante Petrobras.