Aleart llamó “ñoquis” a los médicos del Garrahan
El periodista y candidato a concejal por La Libertad Avanza, Juan Pedro Aleart, desató una fuerte polémica tras publicar en sus redes sociales una crítica dirigida a los médicos del Hospital Garrahan que participaron en una jornada de protesta por mejoras salariales.
“Si no trabajan, son ñoquis. No hay excusas.”
— @JAleart en X (antes Twitter)
La frase, pronunciada con liviandad, desató el repudio de profesionales de la salud, periodistas y usuarios en redes que salieron en defensa de uno de los hospitales pediátricos más prestigiosos de Latinoamérica.
El Garrahan no necesita excusas: necesita inversión
El Hospital Garrahan cuenta con más de 4.500 empleados, entre médicos, enfermeros, técnicos y administrativos. Atiende más de 500.000 consultas al año, realiza 25.000 internaciones y opera con tecnología de alta complejidad que lo posiciona como referente nacional e internacional.
En comparación, el Children’s Hospital de Boston, uno de los hospitales pediátricos más reconocidos del mundo, tiene alrededor de 9.000 empleados y maneja un volumen de pacientes similar. Otro caso es el Great Ormond Street Hospital de Londres, que con más personal atiende incluso menos consultas anuales.
Salarios indignos, profesionales valiosos
Hasta antes del reclamo, muchos médicos del Garrahan cobraban sueldos cercanos a los $700.000 mensuales, una cifra que, ante la inflación y la exigencia profesional que implica su trabajo, resulta insuficiente y desmotivadora. No se trata de “ñoquis”, se trata de médicos formados durante años, con guardias interminables, enfrentando situaciones límite y sosteniendo la salud pública con compromiso.
El riesgo de banalizar lo esencial
Llamar “ñoquis” a quienes protestan por condiciones laborales mínimas no es una opinión: es un agravio. Es ignorar la responsabilidad, la carga emocional y la exigencia que conlleva trabajar en un hospital como el Garrahan. Es confundir ideología con desinformación.
Desde diversos sectores, reclaman que el debate político no se haga a costa del desprestigio de quienes dedican su vida a cuidar la de los demás. Más aún cuando se trata de un hospital que, a pesar del desfinanciamiento, sigue siendo orgullo nacional.