Un documento leído este viernes por la tarde ante una multitud en la Plaza de Mayo de la Capital Federal subrayó que "la paz social es una responsabilidad colectiva" y advirtió que "no hay manera de relativizar ni minimizar un intento de magnicidio" como el sufrido anoche por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El documento fue leído por la actriz y titular de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín, desde un escenario montado en la Plaza y ante decenas de miles de personas, entre ellas representantes de sectores sindicales, sociales, empresariales y de derechos humanos.

"Frente al intento de asesinato de la principal dirigente política del país, nadie que defienda la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas al repudio unánime que esta acción depara", inició el escrito.

El texto refirió que "la solidaridad y el repudio de dirigentes de toda América Latina, de los Estados Unidos, de Europa y del Papa Francisco, muestran que el mundo comprende cabalmente la gravedad de lo ocurrido".

En otro párrafo resaltó que "en el mismo sentido se expresó el movimiento obrero organizado, entidades empresarias, comunidades religiosas, asociaciones deportivas y demás organizaciones intermedias del país".

"También gran parte de la dirigencia política nacional, a quienes agradecemos que comprendan que la convivencia democrática debe prevalecer sobre cualquier desacuerdo político", agregó.

Por momentos interrumpida por la militancia, que cantaba 'Cristina Presidenta', Darín continuó con la lectura: "El 'límite' del que hemos oído hablar mucho en las últimas horas, no se cruzó ayer", dijo.

"Si no queremos que la intolerancia y la violencia política arrasen con el consenso democrático que hemos construido desde 1983 a la fecha, debemos contextualizar lo ocurrido anoche contra la vicepresidenta Cristina Kirchner", expresó el comunicado.

Y amplió: "Desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia política y de sus medios partidarios viene repitiendo un discurso de odio, de negación del otro, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo, y aún de cualquier simpatizante. Todos hemos visto movilizaciones donde se pasearon por las plazas más importantes de la Capital Federal bolsas mortuorias, ataúdes o guillotinas".

En la proclama sostuvieron que "no es inocente ni gratuita la legitimación de discursos extremos, de llamados a la agresión, de planteos que niegan legitimidad democrática del adversario político".

"Nadie es individualmente responsable por las acciones de otros, pero quienes cedieron minutos de aire a los discursos de odio deberán reflexionar sobre cómo han colaborado para que lleguemos hasta esta situación", apuntó en otro párrafo del texto sobre los medios de prensa.

Y remarcó que "la vida democrática es incompatible con el accionar de minorías violentas que pretenden llevar de las narices al resto de la sociedad, u obligar a determinada dirigencia a tomar posiciones cada vez más sectarias con tal de contentar a esa supuesta clientela electoral".

"La convivencia en el marco de un orden democrático también es el umbral de las condiciones necesarias para el desarrollo de nuestros hijos y nuestras hijas", puntualizó, y "el daño que producen las acciones y las palabras violentas en las mentes de niños y niñas es una condena para el futuro de la Argentina", añadió.

Subrayó que "el pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina ni con el peronismo".

"En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamamiento a la unidad nacional pero no a cualquier precio: el odio afuera", concluyó.