Este miércoles se cumplen 20 años del brutal asesinato del foto reportero de editorial Perfil, José Luis Cabezas, cuyo cuerpo fuera hallado calcinado dentro de su auto en una cava cercana a la localidad balnearia de Pinamar.

A dos décadas de un crimen que marcó a fuego la coyuntura política de la época, el compañero de trabajo y amigo del fotógrafo, Gabriel Michi, publicó ‘Cabezas: un periodista, un crimen, un país’, un libro sobre quién era la persona detrás del símbolo que personificó la lucha por la libertad de prensa en el ocaso del menemismo.

En diálogo con Sí 98.9, el periodista de investigación desandó diversos episodios que se plasman en su libro: “Detrás del crimen quedó en evidencia un país oculto, vinculado a las mafias, que se relacionaban con los ex represores de la dictadura, policías corruptos que regenteaban a delincuentes comunes que eran barrabravas de clubes y que también se vinculaban con punteros políticos. Todos esos se confabularon para matar a un fotoperiodista”, afirmó.

En febrero de 1996 Cabezas y Michi trabajaban para la revista Noticias en Pinamar, cuando se enteraron que iba a veranear Alfredo Yabrán, uno de los empresarios más poderosos y escurridizos del país en aquel entonces.

Ahí comenzó la carrera por conseguir una fotografía del poderoso empresario, cuyos vínculos con la política, la Justicia, el sindicalismo, la Policía, la Iglesia y los servicios de inteligencia habían llevado al entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, a considerarlo públicamente el jefe de “una mafia enquistada en el poder".

Según relata Michi, después de hacer junto a Cabezas un trabajo de detectives para averiguar cómo era el rostro del empresario y qué lugares visitaba, el fotógrafo logró capturar las codiciadas imágenes.

La imagen que se volvió más famosa de aquella serie, en que Yabrán pasea por la playa vestido con una malla y acompañado de su mujer, fue portada de la revista el 3 de marzo de 1996, ilustrando una investigación de Michi sobre los "negocios raros" del empresario y su relación con el narcotráfico y el lavado de dinero.

"El impacto periodístico de esa imagen fue impresionante porque nadie le conocía el rostro", cuenta el periodista de Radio América y CN23, y recuerda que durante el resto del año amenazaron a Cabezas varias veces: “Cuando hicimos la foto festejó como un logro periodístico, estaba orgulloso, y la variable muerte no estaba en nuestros parámetros en plena democracia”.

Consultado sobre cómo era el fotógrafo, Michi recordó: “Era muy divertido, disfrutaba de su trabajo, era un cruce de reportero gráfico de batalla y el artístico por la calidad fotográfica, porque era muy perfeccionista y buscaba algo distinto, revelador. El convencimiento que tenía sobre los entrevistados, lograba que posen incluso cuando era impensado por sus perfiles”.

El crimen

La noche del 24 de enero de 1997 Cabezas cubrió una fiesta de otro empresario en Pinamar, y el día siguiente, el 25 de enero encontraron en el fondo de una fosa a las afueras de la ciudad su vehículo. Adentro, con las manos esposadas, estaba su cuerpo, completamente calcinado.

"Fue una casualidad que no hubiésemos estado juntos. Todo hace pensar que íbamos a correr los dos la misma suerte", apunta antes de admitir que el crimen le atravesó la vida porque más allá de lo profesional, era su "compañero y amigo".

Por eso tardó casi 20 años en animarse a escribir el libro que publicó recientemente y en el que además de lo ocurrido, aborda el entramado político y empresarial que articuló Yabrán: “Fue un proceso de 20 años porque me atraviesa más desde lo personal que desde lo periodístico. Era difícil recordar los detalles previos, el crimen y después. Pero la hermana y los hijos de José Luis fueron los que me incentivaron a que lo haga por su memoria”.

La Justicia determinó que la banda de delincuentes apodada "Los Horneros" secuestró y mató a Cabezas en complicidad con policías y por orden de Ríos.

Por el crimen fueron condenadas ocho personas, entre ellas Gregorio Ríos, jefe de custodia de Yabrán, quien se suicidó en 1999, cuando la policía lo buscaba como instigador del homicidio del que finalmente se lo consideró autor intelectual.

“La lucha social presionó y se logró saber lo que pasó, se lograron las condenas perpetuas a los asesinos, pero fue un cachetazo cuando uno a uno fueron liberados sin cumplir un mínimo de su condena”, recordó Michi, en claro reclamo de reabrir la causa.

El único condenado que actualmente continúa en prisión es el integrante de dicha banda Sergio González, aunque no por el crimen, sino por otra causa de narcotráfico.

Recuerdo en Rosario

Este miércoles, a las 20, el Sindicato de Prensa Rosario y la Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina encabezarán un acto en homenaje a José Luis Cabezas, a 20 años de su asesinato. La actividad se realizará en la Plaza Pringles, donde se encuentra instalada una placa que recuerda al fotoreportero asesinado.