Los campeones del mundo pudieron disfrutar con su gente pero el festejo quedó a medias por el desborde de la multitud. El hecho no fue ajeno a la política y hubo reproches por parte del presidente de la AFA a las autoridades que desnudaron las diferencias que existen entre el Ejecutivo y la entidad madre del fútbol argentino.

"No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena", disparó Claudio Tapia minutos antes de las 4 de la tarde, cuando se conocía que la caravana no terminaría su recorrido y los jugadores se retiraban a bordo de helicópteros.

Minutos más tarde y por si quedaban dudas, el titular de la AFA  apuntó contra la Casa Rosada y el Gobierno de la Ciudad, y deslizó: "Agradecemos a la provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de seguridad Sergio Berni, que fue el único que acompañó durante toda la recorrida hasta la entrada a la capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino".

SI bien no hizo menciones, con esas palabras Tapia responsabilizó por el festejo trunco a la policía federal, conducida por el gobierno de Alberto Fernández y a las fuerzas de seguridad que responden a Horacio Rodríguez Larreta. 

Por su parte la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, se refirió al tema en sus redes pero evitó confrontar con Tapia. Argumentó que los jugadores sobrevolaron en helicóptero la Avenida 9 de Julio y la Plaza de Mayo de la ciudad de Buenos Aires, porque "se hizo imposible seguir por tierra".

"Los campeones del mundo están sobrevolando todo el recorrido en helicópteros porque se hizo imposible seguir por tierra ante la explosión de alegría popular. Sigamos celebrando en paz y mostrándoles nuestro amor y admiración", escribió en su cuenta de Twitter.

Por último, el dirigente político Luis D´Elía lanzó su conjetura sobre los hechos y planteó: “Queda claro que La Cámpora operó con Chiqui Tapia este desaire al Pueblo y al Gobierno”. En tanto, agregó: “Santiago Carreras fue el monje negro de Máximo [Kirchner] y de Chiqui Tapia, que primero cagó a Camioneros y ahora al Pueblo y a Alberto Fernández”.

En definitiva, el plantel no fue a Casa Rosada para el encuentro con el presidente y el propio titular de la AFA blanqueó que la relación entre la entidad madre del fútbol y el Ejecutivo nacional se mantiene más que tirante.