La crisis lechera santafesina comienza a cobrar dimensión concreta en números. Según la Universidad Nacional del Litoral, (UNL) las cuencas lecheras del oeste de la provincia registraron durante mayo y julio pasado el cierre de 500 tambos por los problemas que afecta al sector respecto al bajo precio que reciben por litro y tras las inundaciones en el primer trimestre. Incluso algunos productores preven migrar a la soja.

Según Eduardo Baravalle, del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL se trata de una crisis que se produce mínimamente desde hace dos años, debido a los problemas de los precios que comenzaron en 2014 y que perduran hasta hoy.

Los sistemas nacionales y provinciales han entrado en una crisis económico financiera, con un desfase entre los precios de producción y el precio que se la paga al productor. En Santa Fe, a eso hay que sumarle la situación dramática que devino del clima desde el mes de abril, cuando cayeron en el centro de la provincia entre 500 y 700 mm, lo que hace que en un mes las precipitaciones fueran el 80 o 90 por ciento lo que llueve en un año.

Baravalle afirmó que la crisis también fue social, ya que los productores y el personal del campo tuvieron serios problemas para relacionarse con los sectores urbanos, lo cual trajo aparejado el cierre de entre 400 y 500 establecimientos en la provincia entre mayo y julio.

La leche

Baravalle agregó que el precio que se le paga a los productores actualmente es un factor que tampoco ayuda a la recuperación: entre 2014 y fines del 2015 el litro pasó de 2,10 a 3 pesos, mientras que de diciembre a la fecha se pagan unos 4 pesos.

“El consumidor paga entre 18 y 22 pesos, lo que significa que la participación del productor en el precio primario está en el orden del 20 por ciento, mientras que en otros momentos llegó al 30: el productor perdió 10 puntos. Hay un desfasaje en la cadena de valor”, abundó.

A esa situación se le suman los costos que los productores debieron afrontar por los incrementos salariales convenidos en las paritarias del sector.

“El precio del litro de leche debería estar en 16 pesos, que sería lo ideal, mientras que el productor debería cobrar cerca de 6,50 pesos, pero estamos hablando de una cadena estabilizada y razonable en cuanto al esquema de participación de los distintos sectores: el productor, la industria y el comercio”, sostuvo.

El referente añadió que un tambo de unas 300 vacas en ordeñe producen unos 26 litros cada una, es decir, unos 250 mil litros por mes: “Significan cerca de un millón de pesos de ingreso bruto, de los cuales el 50 o 60 por ciento se lo lleva la alimentación y otro porcentaje considerable la mano de obra.