A pesar de que la inflación se desaceleró este año por el congelamiento de tarifas y la caída de la actividad económica, el Costo de Vida para una familia de los barrios populares de Rosario trepó en septiembre a $58.612, lo que marca un aumento del 4% desde la última medición del mes de junio y del 40% si se compara de forma interanual.

El dato se desprende de un relevamiento realizado por la diputada provincial Lucila De Ponti junto al CESO (Centro de Estudios Scalabrini Ortiz) el cual registra y compara regularmente el consumo en barrios representativos como Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo. El informe detalla además que un hogar necesitó $23.767 sólo para cubrir sus necesidades básicas alimentarias y que un adulto rosarino necesitó $7.962 para no caer debajo de la línea de indigencia. 

“Nos preocupa que los precios de los bienes esenciales (fundamentalmente de los alimentos) siguen subiendo, lo cual tiene que ver con la enorme concentración que existe en el sector de la producción y comercialización de estos productos”, explicó Lucila De Ponti, y agregó: “En rubros indispensables como lácteos, fideos, aceites o productos de limpieza, la oferta de productos está concentrada por encima del 70% en sólo una o dos empresas, lo que les permite definir los precios”.

A pesar de que el salario mínimo, vital y móvil (SMVyM) de $16.875 apenas cubre el 29% del Costo de Vida, algunos instrumentos que se llevaron adelante desde el Estado nacional y provincial contribuyeron a aliviar en alguna medida la situación de los sectores con menores recursos. Los refuerzos en la AUH y la Tarjeta Alimentar, sumado al Ingreso Familiar de Emergencia, permitieron a sus beneficiarios duplicar sus ingresos. Algo similar a lo que ocurrió con los jubilados que perciben el haber mínimo ($18.129), que con el último aumento mejoraron en parte su poder adquisitivo. Sin embargo, las consecuencias económicas de la pandemia siguen siendo alarmantes en los sectores más bajos de la sociedad.

Según considera De Ponti “el Costo de Vida se ubica todavía muy por encima de los ingresos promedio -ya sean de sectores formales o no formales- que según el Indec están en los $28.000. Además, la suba en la tasa de desempleo que alcanzó el 18% en Rosario, siendo más fuerte el impacto de esta baja de actividad en los sectores del trabajo no formal, cuentapropistas, construcción o servicio doméstico, lo que significa todo un universo poblacional que se encuentra lejos de poder cubrir lo mínimo e indispensable con sus ingresos”.