Luego de sucesivos aumentos en el precio del combustible, que desde la llegada de Javier Milei a la presidencia superaron el 100% y llevaron los valores en las pizarras rosarinas cerca de los 1000 pesos, el consumo se desplomó un 20%. 

El dato fue confirmado desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de Argentina (Cecha), quienes detallaron que la caída corresponde a datos de todo el país entre finales de diciembre y principios de enero. 

Guillermo Lego, titular de Cecha, analizó que los últimos ajustes en los combustibles se sumaron a otros incrementos que en pocas semanas vapulearon el poder adquisitivo y ante este escenario los conductores apelaron a otros medios de transporte. 

El referente de los estacioneros evaluó que los aumentos pueden reiterarse mediante dos mecanismos diferentes: la actualización de la carga impositiva sobre la nafta y el gasoil y la disparidad entre el barril criollo y el crudo internacional.

Respecto de la primera variable, recordó que el 1 de febrero llegará a su fin el congelamiento del impuesto a los combustibles dispuesto por el ex ministro de Economía, Sergio Massa, durante el año pasado. 

En relación a la otra variable, Lego destacó que la liberalización de las normativas del rubro suprimieron el barril criollo y la diferencia con el crudo internacional tiende a desaparecer. "El productor ahora le va a cobrar al refinador aproximadamente el valor internacional menos el costo del seguro, del flete, etcétera. Entendemos que todavía puede haber un reajuste allí", deslizó Lego en declaraciones al portal Perfil.