Estudiantes de la UNR que diariamente prestan el servicio telefónico de la línea 147 aseguran que el convenio de pasantía por el que fueron contratados no es respetado por el municipio. Aseveran que el servicio de atención ciudadana, casi en su totalidad, está atendido por pasantes que cobran un salario de 17.800 pesos y tienen las mismas obligaciones que los trabajadores contratados y de planta, situación que el acuerdo no establece ya que las tareas para las que fueron asignados son de apoyo y colaboración.

Los jóvenes, que pertenecen a las carreras de Psicología y Comunicación Social, afirman que son ellos quienes dan el servicio de soporte a los vecinos en el horario de lunes a viernes de 08 a 20. Sin embargo el contrato entre la casa de altos estudios y el municipio establece que los estudiantes “deben cumplir tareas de apoyo y colaboración” en el área de atención al ciudadano, situación que excede al convenio acordado por pasantía

Otra situación es que desde el comienzo de la pandemia el trabajo de la línea 147 pasó a modalidad teletrabajo, en estas condiciones son los pasantes quienes deben aprovisionarse de los equipos pertinentes para la atención al público. En contacto con Rosarioplus.com, desde el colectivo de pasantes revelaron que “deben pagarse hasta la conexión de internet, como otros insumos de uso básico como computadoras y auriculares”.  

Al ya exceso de tareas no pertinentes, en la pandemia el Ejecutivo agregó otras temáticas de atención como Higiene Urbana hasta consultas sobre Prevención de Covid-19, lo que hizo crecer el flujo de llamadas. Según precisaron, cada pasante atiende cincuenta reclamos diarios.

Al ser estudiantes no cuentan con representación gremial, por lo tanto se encuentran en una grave situación de vulnerabilidad. Por eso hablan como colectivo, sin exponer sus identidades. Acreditan que el garante para que se cumpla el acuerdo y se los respete debería ser la Universidad que también los representa, pero no es así.

Hasta ahora mantuvieron reuniones con el secretario de Extensión Universitaria, Santiago De Armas, y obtuvieron una respuesta certera: se los invitó a abandonar el proyecto si no estaban en conformidad. “Nos dicen que no somos trabajadores sino estudiantes, y no podemos pretender nada más", invocaron y dejaron en claro que conoce bien cuál es su lugar, por lo tanto el Estado “no debería hacerles asumir tareas para las que no fueron convocados”.

En tanto, Gustavo Zignago, al frente de la Secretaría de Gobierno, respondió que “son pasantes que se seleccionan para desarrollar una pasantía rentada en el marco de la ley nacional vigente, y se inscribieron y accedieron a la pasantía por voluntad propia".