El cierre de locales comerciales en Rosario creció un 23 por ciento entre abril y agosto. Un total de 1921 comerciantes debieron bajar las persianas debido al cóctel compuesto por una baja actividad comercial y el fuerte aumento de alquileres que experimenta el mercado inmobiliario local.

En junio, más de 1500 locales habían bajado las persianas en el centro, macro centro, avenidas y corredores comerciales de Rosario, cifra que ascendió a más de 1900 según la asociación civil Concejalía Popular. Uno de sus referentes, Ariel D’Orazio, explicó que las consultas que más reciben son las de recisiones adelantadas de comerciantes que no pueden hacer frente a los montos de alquiler acordados.

Otra particularidad que han detectado desde la asociación es que se ven más a menudo liquidaciones por cambio de rubro o por cierre total del local. Un ejemplo son los casos de las aseguradoras, que optaron por cerrar el local y trasladarse a una oficina en un edificio.

Particularmente, las nuevas finalizaciones de contrato, obligadas en muchos casos, se dan en el macrocentro de la ciudad, donde los locales son más pequeños y sus arrendadores no son marcas grandes que tengan una espalda financiera.

D’Orazio comentó que no tuvieron respuesta de las inmobiliarias al proponer un índice común metropolitano, incluso dijo que lo salieron a criticar. “Las inmobiliarias piden actualizaciones anuales, en el mejor de los casos, del 35 por ciento, y los datos oficiales del Presupuesto proyectan un 17 por ciento de inflación. Por lo tanto, si se llegara a cumplir lo que dice el gobierno, el desfasaje sería en contra del comerciante”, explicó.