El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, confirmó que el gobierno nacional tiene listo un desembolso por $ 450 millones para asistir a la empresa pero volvió a supeditar la ayuda a una reestructuración y una baja en los costos laborales.

"Hoy nos vamos a reunir. Vamos a tratar de llegar a un acuerdo con las cámaras empresariales y los sindicatos", indicó Buryaile. Luego precisó que lo que se planteó desde el gobierno "es la necesidad de reestructurar para que la lechería en la Argentina sea sustentable", algo que el propio Mauricio Macri les aclaró a los directivos.

El funcionario viene advirtiendo que antes de girarle el dinero a la compañía necesitan "saber cómo hacer para que la empresa sobreviva" porque "no se trata de ponerle un respirador". “No estamos pidiendo que echen gente, ni que bajen salario sino que se baje un aporte que hace el sector empresario, que está en condiciones dificilísimas, que va al sindicato", afirmó hace pocos días.

Según el ministro, en el sector lácteo "aparte de las contribuciones patronales, hay que poner 3.300 pesos por trabajador al sindicato", por lo que insistió en "bajar estos costos laborales porque lo que le está pasando a SanCor le puede pasar a cualquier otra empresa". 

Quien marcó la cancha fue el gobernador Miguel Lifschitz en la apertura de las sesiones de la Legislatura. En su discurso habló de las presuntas versiones de quiebra para que la empresa luego vire a manos de una multinacional. "¿Cuánto vale SanCor? ¿Cuánto vale un amigo o un hermano? No tienen precio. SanCor para Santa Fe no tiene precio", señaló.

 “Confío en que esta vez va a llegar" la solución, consideró, pero en caso de que no suceda, prometió que "el gobierno de Santa Fe estará siempre al lado de SanCor, de sus trabajadores y de sus productores, en las buenas y en las malas. Cuenten con eso".