La casa propia está cada vez más lejos de la mayoría de los asalariados. Las actuales variables económicas marcan que una pareja rosarina debe destinar 78 sueldos íntegros de cada integrante para poder comprar una propiedad con tres ambientes y dos dormitorios, lo que equivale a 6 años y 5 meses de trabajo.

Ante los inaccesibles requisitos de los créditos hipotecarios, el Procrear asoma hoy en día como la única herramienta de financiación posible para los sectores medios y bajos. La nueva versión del proyecto solo permite comprar viviendas ya construidas por un valor máximo de un millón y medio de pesos. No se puede construir ni remodelar viejas propiedades.

Esta semana, la Ansés anunció los beneficiarios de esta primera edición. Se seleccionaron 25.000 “ganadores” de un total de 107.139 inscriptos en todo el país, de los cuales 3061 pertenecen a Santa Fe (15.543 anotados). Las cifras indican que uno de cada cinco santafesinos recibió la ansiada adjudicación.

En el comunicado oficial, la dependencia estatal detalló el perfil de los seleccionados: el 55% es de género masculino y el 45% femenino; el 53% tiene cónyuge o conviviente y el 47% se presentó solo; el 73% son padres; el 61% de los titulares tiene entre 29 y 39 años, el 11% entre 19 y 28, y el 28% entre 40 y 55 años.

¿Qué se puede hacer con el crédito otorgado?

Rosarioplus.com consultó con la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) para conocer el tipo de vivienda que se puede adquirir hoy con el dinero otorgado y en qué zonas de la ciudad se consiguen.

Quienes quieran vivir en el centro deben conformarse con departamentos chicos de un dormitorio. Para algo más grande, de tres ambientes y dos dormitorios, hay que irse al macrocentro, lo que se conoce como el segundo anillo. “Estamos hablando de edificios con 20 años de antigüedad”, aclaró José Ellena, titular de la entidad.

En este radio también hay algunos departamentos de pasillo. En su mayoría están entre 27 de Febrero y Seguí, y entre Francia y Avellaneda. “Son opciones interesantes pero que por lo general necesitan arreglos”.

Las casas que valen 1.500.000 pesos están todas lejos del centro. La oferta se centra en Barrio Industrial, La Guardia, Belgrano y Tiro Suizo, según detalló Ellena. “También hay algunas casas en zona norte por ese precio. Estamos hablando de propiedades que tienen dos dormitorios mínimo”, agregó.      

El dirigente inmobiliario espera que el “mercado empiece a moverse” tras el anuncio de los beneficiarios. “Hasta ahora tuvimos pocas consultas, menos de las que esperábamos. Sorteada la cuestión burocrática, los clientes seguramente aparecerán a partir de este mes”, aventuró.

Versión remozada y con una peligrosa letra chica

El nuevo Procrear contempla condiciones menos flexibles para acceder al crédito y mayores plazos, pero una carga creciente en los pagos. Es que si bien la tasa de interés se fija en el 5 por ciento anual, las cuotas se indexan por la inflación, lo que implica un alto riesgo de que se espiralice el incremento de la cuota. Se corre el riesgo entonces de tener que devolver hasta cuatro veces el monto prestado.

El proyecto gira en torno a una lógica bancaria. El crédito otorgado se acuerda con los bancos privados y nacionales bajo las mismas condiciones comerciales de cualquier préstamo hipotecario, con un plazo de devolución que va desde los 10 a los 20 años. El Estado otorga una bonificación de hasta 300 mil pesos no reembolsables, al momento de la escrituración.

Ahora bien, en el anterior Procrear, la tasa inicial era fija (entre 2,5 y 16 por ciento) los primeros cinco años y luego se ajustaba al coeficiente de variación salarial con topes. Ahora, la tasa es fija (5%) pero al implementarse el sistema UVI para los préstamos, se encarece el costo total del crédito en al menos un 90 %, proyectando una inflación del 40% este año, 25%  en 2017, 20% en 2018 y 8% a partir del cuarto año.

De esta manera, con el sistema UVI, el beneficiario no puede saber cuándo terminará de pagar su crédito ni cuánto gastará en total ya que el capital a cancelar se irá actualizando con la inflación y si su sueldo no aumenta en igual magnitud, le prorrogarán el capital en más cuotas para pagar la diferencia.

Un proyecto muy similar funciona desde hace tiempo en Chile, con la salvedad que el país vecino tiene una inflación de un dígito anual, lo que otorga cierta previsibilidad. Muchos analistas financieros comparan este sistema con el adoptado en 1980 por el Banco Central durante la tristemente célebre gestión de José Alfredo Martínez de Hoz al frente del Ministerio de Economía.

La “Circular 1050” –nombre de la iniciativa-- resultó letal para miles de deudores. ¿Por qué? Porque las tasas de interés de sus créditos hipotecarios pasaron a ajustarse por los valores vigentes en el mercado y miles de propietarios que a partir de ese momento no pudieron afrontar los vencimientos se vieron forzados a malvender sus inmuebles.

Del boom de la construcción, a otro boom inmobiliario

La nueva línea se focaliza en potenciar el mercado inmobiliario y no en aumentar las soluciones habitacionales, ya que no tiene en cuenta la construcción y ampliación de viviendas. Al permitir que los créditos se utilicen para viviendas usadas, que tienen un valor inferior a las unidades a estrenar, cada crédito no garantiza ni la expansión de la oferta habitacional ni la generación de empleo en construcción

El anterior proyecto generó una gran demanda de profesionales y técnicos particulares (maestros mayores de obra y electricistas, por citar sólo dos casos), albañiles y todos los negocios (muchos minoristas) vinculados con la construcción, como corralones, pinturerías y ladrilleras, entre otros.

La Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) y el Colegio de Arquitectos de Santa Fe plantearon sus reparos a la nueva iniciativa debido a que beneficia a las “corporaciones inmobiliarias, los bancos  y las grandes empresas constructoras”.

“Esto a nosotros no nos genera nada de trabajo. Tendrían que haber seguido con el proyecto anterior y mejorarlo. Y no empezar todo de nuevo. Sólo beneficia a quienes están comercializando edificio construidos. Y eleva los precios de todo el mercado”, se quejó tiempo atrás Sixto Irrazábal, secretario general de Uocra en Rosario.